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“Cada vez que hacemos la voluntad de su Hijo, le robamos una sonrisa a la Virgen”

En la homilía por el día de la co-Patrona de la diócesis, Monseñor Carlos María Domínguez invitó a recoger nuevamente el mensaje de la Virgen de Lourdes y a rezar por la conversión de los pecadores, empezando por nosotros mismos.

Al comienzo de su homilía, el obispo electo comenzó hablando de un claro mensaje que daba la Virgen de Lourdes en sus apariciones. “18 veces se le apareció la Virgen a Santa Bernardita, y en cada vez que se le aparecía siempre había un denominador común. Algunas veces le decía algún mensaje. La mayoría de las veces se quedaba callada, pero todas las veces le sonreía” explicó. “¡Miren qué lindo esto! Pensar que cuando nosotros nos ponemos delante de la Virgen, ella nos mira con ternura de madre, con esa mirada de madre que solamente una madre sabe cómo mirar más allá de lo que ve en su hijo. Porque una madre ve el corazón, una madre ve la necesidad, ve las inquietudes de los problemas. Y siempre, siempre, la Virgen le sonreía”, agregó Monseñor. 

Desde ese punto de partida, el obispo invitó a la comunidad a robarle una sonrisa a Nuestra Madre. “Me parece que es una linda manera también nosotros de poder a veces en nuestra propia vida y con nuestras propias actitudes, robarle una sonrisa a la Virgen”.

“Cada vez que hacemos la voluntad de su Hijo, le robamos una sonrisa a la Virgen. Cada vez que nosotros hacemos el bien a otro le robamos una sonrisa a la Virgen. Y cada vez que acudimos a ella con alguna necesidad, aunque aparentemente no nos diga nada, nos sonríe. Esa es la certeza que tenemos que tener Cada vez que nos acercamos a María, la Virgen nos mira y nos sonríe, pero con una sonrisa, con una sonrisa llena de amor, llena de ternura”.

Rezar por los pecadores

Continuando con su homilía y ante el templo de Lourdes lleno de feligreses, Monseñor Domínguez se refirió a las veces que la Virgen le pedía a Santa Bernardita que orara por los penitentes. “Yo creo que actualmente hay que volver a recoger el mensaje de la Virgen de Lourdes. También tenemos que rezar mucho por la conversión de los pecadores”. Sobre esto, Monseñor se detuvo para que reflexionemos sobre nosotros mismos también:

“Creo que en el fondo, cada vez que rezamos por la conversión de los pecadores y lo vamos a hacer mucho, en pocos días, cuando comencemos la Cuaresma, creo que hay una actitud de alguna manera un poquito soberbia en nuestro corazón, porque pensamos que los pecadores son los de afuera, los que nunca vienen a la Iglesia y los pecadores somos nosotros también. Por eso cuando rezamos por los pecadores, también tenemos que incluirnos”

Penitencia: “Desde que Jesús se subió a la cruz el sufrimiento tiene un sabor a redención”

A pocos días de comenzar la Cuaresma, Monseñor Carlos María exhortó a prepararnos como lo pidió en sus mensajes la Virgen, hacerlo a través de la penitencia. “‘Penitencia, penitencia y penitencia’ les decía la Virgen y en donde estamos acostumbrados a buscar la comodidad y el confort, también nos hace bien a veces privarnos y decirnos no de algunas cosas, ponernos límites. ¿Pero por qué? porque así le estamos ayudando a Jesús a que siga redimiendo al mundo, porque nuestras privaciones las ponemos en su cruz y Él sigue redimiendo el mundo de esa manera”. 

“No somos masoquistas los discípulos de Jesús que nos gusta sufrir, sino que hemos descubierto desde que Jesús se subió a la cruz, que el sufrimiento tiene un sabor a redención, aunque a veces nos cuesta descubrirlo. Pero el sufrimiento, el límite, la penitencia, tiene que tener ese sabor y ese objetivo la redención”. 

“Pongamos nuestras vidas en los pies de María de Lourdes”

Para finalizar su homilía, Monseñor se refirió a su nombramiento como obispo electo para la diócesis. “Recen mucho por mí. Y ya sabe, como diría mi padre, San Agustín: ‘Yo con ustedes soy cristiano. Vengo a compartir la fe con ustedes, mi fe con ustedes y para ustedes’. Soy el obispo, así que mi vida y mi entrega tienen sentido por ustedes, para el pueblo de Dios”, dijo Monseñor y agregó: “Cada sí que pide el Señor es un sí cada vez más importante, que cada vez cuesta más pero lo hago confiado, como lo hizo María”. 

“Pongamos nuestras vidas, la de la diócesis y la mía en este día tan especial en los pies de María de Lourdes, y que esas dos rosas doradas que ella lleva en sus pies sean cada una de nuestras vidas y que con nuestro perfume adornemos el seno de María. Que así sea”, concluyó.

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