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Monseñor Domínguez en Lisboa: “Cristo no quiere una juventud cómoda, quiere jóvenes que hagan lío”

"No tengan miedo de dejarlo todo por Dios. Dios los quiere, Dios los ama", dijo Monseñor Carlos María Domínguez en Lisboa.

n una pequeña Iglesia en las periferias de Lisboa, en el barrio de la Quebrada, monseñor Carlos María Domínguez, Agustino Recoleto y Obispo de la diócesis de San Rafael, en Argentina compartió su primer encuentro Rise-Up de esta JMJ.
Fue para el grupo de peregrinos de las Juventudes Agustinas Recoletas. La catequesis fue con el nuevo sistema sinodal para las catequesis en la JMJ. Este sistema invita a que tras la catequesis los jóvenes puedan hacer preguntas al Obispo.

No hay nada imposible para Dios

Monseñor Domínguez comenzó su catequesis lanzando dos preguntas a los jóvenes: «¿Por qué María se levantó?, ¿Cuál fue el motivo por qué se levantó?» A esto respondió el prelado que «María se levanta porque para Dios no existe nada imposible, ¡Para Dios no existe nada imposible!»
«María se levanta para llevar la salvación al mundo, porque dentro de ella habitaba el Hijo de Dios. El Papa les pide a ustedes los jóvenes que se levanten para ir a ver lo importante –aseguró el Obispo–, tener cuidado, no lo urgente, lo importante». Ir haciendo lo urgente «puede alejarnos de encontrarnos como hermanos y podemos caer en el error de utilizar a las personas. María no hace eso, María sale a ver a su prima, para alegrarse con ella, para bendecir la gloria de Dios», puntualizó Domínguez.
«Cuando Isabel felicita a María, –continuó Carlos María– Nuestra Señora se hace a un lado y pone la alabanza en las manos de Dios; muchas veces Jesús en la vida nos pone la oportunidad de estar al frente, tenemos que aprender a dejarnos de lado y decir como María en el Magníficat. Porque el aplauso nunca va a tu persona, el aplauso va para arriba, va para Dios. Los aplausos siempre son para Dios».

Los dos mundos

La catequesis de día de hoy se centraba en la ecología integral. Don Carlos María unió con esta a Nuestra Madre con el tema, diciendo que existen dos sociedades: «la sociedad de las papeleras, del primer mundo donde los residuos se colocan con mucho cuidado y la sociedad donde las personas tienen que buscar lo mínimo para vivir en los basureros. María es Reina y Señora de todo lo creado, solo ella puede ayudarnos a cuidar, como ella cuido al Hijo de Dios, la casa común».
Tras las catequesis se abrió la oportunidad a los jóvenes a hacer preguntas. Comenzó una joven mexicana de Chihuahua, pregunto: «¿Qué es lo que le motiva, ¿ qué le hace caminar?». «Jesús es el único –respondió Mons. Domínguez– motivo que me hace caminar y ver a Cristo en vosotros, lo digo de corazón».

«Jesús es mi vida»

A continuación, un Voluntario de la JMJ preguntó al Obispo cómo le llamó Dios. «Yo siempre he querido –respondió– ser fraile, no cura, ¡Fraile! A los diez años decía, ¡Yo quiero ser fraile! Lo decía porque ayudaba en la Iglesia del colegio, con los años esto fue purificando».
Domínguez detalló que «muchos años más tarde comencé a preguntarme: ¿Qué quería el Señor para mí?», y «con los años comprendí que el Señor me lo pide todo. Jesús le da sentido a mi vida; yo no me convertí como san Agustín, pero si me sentí llamado como Él, por eso Jesús es mi vida y mi razón de ser».

Dios está vivo

Un joven argentino preguntó al Obispo de San Rafael: «¿Qué herramienta nos puede dar a los jóvenes para levantarnos con prontitud al Encuentro de Cristo?»
El obispo agustino recoleto respondió que «Cristo no quiere una juventud cómoda, quiere jóvenes que hagan lío, que sean incomodos, el cristiano no tiene que sentirse cómodo nunca». Y finalizó afirmando que «el cristiano tiene que dar testimonio siempre, por todos los sitios, incluso por las redes sociales. Los jóvenes tienen que ser sinvergüenzas y caraduras. No tengan miedo de dejarlo todo por Dios. Dios los quiere, Dios los ama, Dios los quiere vivos porque Él está vivo».
Fuente
El Debate
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