
La experiencia parroquial ya no es como en sus tiempos, era un contexto social y eclesial diferente, cuando la parroquia -con su párroco- eran un punto de referencia central para la vida de las personas, sin embargo, para los más de 2000 jóvenes líderes parroquiales de la Acción Católica que fueron recibidos por el Papa Francisco, esta mañana, en el Aula Pablo VI del Vaticano, esa realidad es un hecho. Y a pesar de que la situación sociocultural actual es muy diferente y que el individualismo, la cerrazón y la mundanidad tienden a sobreponerse, para el Papa esos jóvenes son la “levadura” de la Iglesia de hoy y viven la parroquia como él lo hizo.
“Para nosotros, para mí y para ustedes, para nuestro camino de fe y crecimiento, la experiencia parroquial ha sido y es importante. Es el ambiente “normal” donde aprendimos a escuchar el Evangelio, a conocer al Señor Jesús, a ofrecer un servicio con gratuidad, a rezar en comunidad, a compartir proyectos e iniciativas, a sentirnos parte del pueblo santo de Dios”,.
El amor por la Iglesia
Partiendo de ese común amor por la parroquia “entrelazado” con la experiencia asociativa de la Acción Católica, el Santo Padre resaltó la importancia de formar parte de una comunidad cristiana: participar, compartir, colaborar, rezar juntos. Eso implica también ser “cristianos que se interesan por la realidad social y aportan su propia contribución”, personas a quienes les “importa” el otro y que están convencidas de que “la miseria humana no es un destino que recae sobre unos pocos desgraciados, sino casi siempre el fruto de injusticias que hay que erradicar”
“Esto es muy importante: aprender a través de la experiencia que en la Iglesia todos somos hermanos por el Bautismo; que todos somos protagonistas y responsables; que tenemos diferentes dones y todos para el bien de la comunidad; que la vida es una vocación, seguir a Jesús; que la fe es un don que hay que dar, testimoniar”.
Tras reconocer la importancia de esa “escuela” que es la parroquia y la Acción Católica para tantos jóvenes que han dado su testimonio tanto en la Iglesia como en la sociedad, en las diversas vocaciones y sobre todo como fieles laicos, el Papa Francisco volvió a puntualizar que aunque sean de generaciones diferentes, tienen “en común el amor a la Iglesia y la pasión por la parroquia, que es la Iglesia en medio de los hogares, en medio de la gente”.