La situación social y económica de Argentina afecta a todos los ciudadanos, especialmente a la clase media y baja que recurre a las iglesias diocesanas a pedir alimentos.
El equipo de Cáritas Diocesana ya se encuentra comenzando con su labor anual. “Estamos comenzando con las actividades y lo fundamental es dar continuidad al trabajo que se viene realizando asistiendo a las Cáritas parroquiales”, comenzó contándonos el padre Gaston Funes, vicepresidente de Cáritas San Rafael.
También comentó los merenderos que funcionan para los niños. “En la sede de Cáritas diocesanas funciona todos los días, en El Usillal, Parroquia Nuestra Señora de Luján, Villa atuel, Real del Padre y distintos lugares. Vamos a tratar de respaldarlos con alimentos y lo que llegue desde Cáritas Nacional”, expresó.
A propósito de esto, le consultamos por la ayuda que dio el gobierno nacional ya que la semana pasada se dio a conocer una ayuda de más de 300 millones de pesos a Cáritas para alimentos. Sobre ese monto, cuánto es lo que recibe el sur mendocino. “Caritas guarda justicia y el reparto es equitativo y de acuerdo a los tamaños de cada diócesis. Con su esfuerzo y conocimiento lo distribuye equitativamente sabiendo que en el interior también se necesita”, explicó el sacerdote.
“Además de la ayuda alimentaria, el objetivo nuestro es seguir con los programas de Ecosol para los microemprendimientos, el programa de educación que brinda talleres, el programa ayuda inmediata y otros para ayudar a las familias”, agregó.
De Buena Fe le consultó al vicepresidente de Cáritas si se ha notado un aumento de demanda en alimentos, de lo cual respondió que dicho aumento “se ha notado desde mediados del año pasado más cantidad de personas que están asistiendo a las parroquias para pedir alimentos”. “Lo que nos llama la atención, a mi y otros sacerdotes, es que esas personas no son habituales, son caras nuevas que llegan con mucho pesar de vergüenza a pedir con lo que podamos ayudarle para comer un día”, expresó.
Ayudar a nuestros hermanos
El pbro. Funes explicó que en este momento que atravesamos todos los argentinos es importante pensar en nuestros hermanos más necesitados. “Los recursos que tenemos son con programas nacionales, pero la mayor ayuda llega de donaciones que hacen los cristianos. En este tiempo de cuaresma donde se nos invita a la oración, penitencia y actos de limosna, es una oportunidad para poner en práctica nuestra caridad como cristianos y seguir con lo que siempre ha hecho la Iglesia: estar siempre presente especialmente en los momentos más difíciles.
Los alimentos no perecederos se pueden acercar a las parroquias más cercanas para poder colaborar.
