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Mons. Mazzitelli: “Seamos instrumentos de unidad”

En el Solemne Tedeum del 215° Aniversario de la Revolución de Mayo, Monseñor Marcelo Mazzitelli, Administrador Apostólico diocesano, pidió reconocer la realidad de nuestro país y hacer realidad la súplica del Señor, <> construyendo caminos de reconciliación.

En la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, en la Villa 25 de Mayo, tuvo lugar el Solemne Tedeum. Del mismo participó el intendente municipal, Omar Félix, la Vicegobernadora de la Provincia de Mendoza, Hebe Casado, autoridades departamentales, provinciales y de las fuerzas policiales. Monseñor Marcelo Mazzitelli presidió por primera vez el Solemne Tedeum en la diócesis del sur mendocino.

“Queridos hermanos y hermanas, en los momentos cruciales de la existencia quedan las palabras más importantes a modo de herencia. Frente al misterio de la muerte que nuestro Señor estaba por afrontar, dirige una súplica por sus discípulos, “Que todos sean uno, para que el mundo crea” (Jn 17,21). De esta manera la unidad se revela como don y como tarea, con la consciencia que es un bien para compartir allí donde la comunidad esté”, comenzó diciendo Monseñor Mazzitelli

“En este día en que celebramos el 215° aniversario de la Revolución de Mayo, con la que empezó a gestarse el camino de libertad e independencia de nuestra Patria, queremos desde nuestra identidad de discípulos del Señor ser instrumentos de unidad en ella, respetando la pluralidad que la conforma”, sostuvo.

“Patria es la tierra en la que se quiere engendrar los hijos, en la que se desea vivir en paz para crecer, a la que se le quiere brindar la vida para que crezca pensando en las generaciones futuras. Así lo vivieron nuestros próceres, dándolo todo y renunciando a búsquedas de resultados inmediatistas y de egos exaltados enfermos de poder, para dejar cimientos para que otros sigan construyendo”, afirmó el Administrador Apostólico diocesano.

Luego Monseñor Mazzitelli sostuvo que “Hemos llorado y mucho, lágrimas que sólo pueden ser consoladas en caminos de una reconciliación asentada en la verdad y la justicia, la reconciliación es necesaria, porque estaríamos condenados a perder la libertad que otros supieron ganar, cayendo en resentimientos y odios, que no sólo desintegran la sociedad, sino que destruyen la vida misma”. 

“Nuestra Patria hoy más que nunca pide hacer realidad la súplica del Señor dirigida al Padre pidiendo por sus discípulos, siendo válida también para toda comunidad humana conformada en pluralidad, para creyentes de distintos credos, hombres de buena voluntad no creyentes, para que compartiendo un mismo sueño, busquemos sin desfallecer el bien común, la paz y la amistad social”

Reconocer la realidad de nuestro País

 

“Valorando el esfuerzo de aquellos que siguen entregando vida contemplando horizontes, no podemos dejar de reconocer la complejidad de la realidad, los dramas y conflictos que tenemos como País, con tantas divisiones, y con una pobreza que gime al cielo”, afirmó Monseñor.

“Debemos acercarnos a los rostros de quienes con llanto seco no tienen el trabajo que merecen por dignidad, de quienes en la última etapa de su vida, después de haber servido a la Nación con su trabajo, sufren la impotencia de tener que irse de una farmacia sin el medicamento que necesitan porque no lo pueden comprar, llegaron a una etapa de vida que esperaban que fuera de reposo pero se encontraron con la angustia que se hace llanto, estafados por gobiernos que los usaron”, expresó Monseñor Mazzitelli, quien también pidió no olvidarse de los rostros de jóvenes “que crecieron condenados sin oportunidades, de niños y jóvenes quemados por la tragedia del narcotráfico facilitado por la complicidad de los que tendrían que combatirlo. Rostros, rostros, que nos rescatan de caer en la insensibilidad social que despersonaliza para convertirlos en simples estadísticas”, resaltó.

“Por ello debemos reaccionar y reconocer la urgencia” exhortó el Administrador Apostólico. “Sin respeto a los demás, sin valoración de su dignidad, sin el sentimiento de fraternidad, todo esfuerzo, por más honesto y bien intencionado que sea, se pierde en la esterilidad de la insolidaridad, idolatrando al individualismo”, agregó.

“Abrazando esas nuevas generaciones, afirmamos el derecho humano fundamental que es el derecho a la vida, porque vale toda vida. El fruto de la concepción es un ser humano, por lo que debe ser defendido en todas las etapas de su desarrollo hasta la ancianidad. Se trata de un derecho que como comunidad cristiana no dejaremos de proclamar”.

“Queridos hermanas y hermanos, autoridades civiles y de las fuerzas vivas de nuestra sociedad, que nuestra oración hoy haga realidad la súplica del Señor, <<Que todos sean uno>>, súplica desde la gratitud por lo que significa este aniversario y que queremos asumir como compromiso”, afirmó Monseñor.

“No estamos solos, el Señor nos acompaña, y el Espíritu obra la unidad en todo corazón abierto a la verdad y al bien. Que seamos instrumentos de paz, de fraternidad, de justicia social y de solidaridad”.

“Que el Señor nos bendiga, para que podamos caminar juntos soñando la Patria, recogiendo la herencia de nuestros mayores y construyendo el futuro para los que nos sucedan. Que la Virgencita de Luján, patrona de la Argentina, aquella a quien nuestros próceres acudieron con confianza filial nos proteja y nos ayude para construir una Patria de hermanos”, concluyó.

 

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