Testimonios

Los consejos de un misionero: «La santidad es dejarse hacer por Dios en la realidad donde estamos»

Chalo González publica «Cartas a los corrientes» (VozdePapel)

Chalo González ha escrito Cartas a los corrientes (Vozdepapel) como una invitación a los cristianos de hoy a caminar y crecer como verdaderos discípulos de Jesús, al igual que lo fueron las epístolas que los apóstoles escribieron a las primeras comunidades cristianas nacientes.

Estas cartas nos animan a aspirar a la santidad, como llamada que Dios hace a todo creyente sin excepción: “Sed para mí santos como yo el Señor soy santo”. En palabras del autor, “todos los ‘corrientes’ en la vida cristiana sabemos que la vida espiritual es una posibilidad para todos; y sabemos que es una llamada que, entre otras cosas, apunta a la felicidad”.

Chalo González, que estuvo de misionero más de una década en Bouaké (Costa de Marfil) y regresó a Madrid para estar al cuidado de sus padres enfermos, es en la actualidad responsable de dos parroquias del Usera madrileño y participa activamente en la vida de la Renovación Carismática Católica.

Asistencia médica a los niños en la misión de Bouaké.

Asistencia médica a los niños en la misión de Bouaké.

Su vocación y su vida espiritual se desarrollan a la sombra del padre Luis Querbes, CSV y de la Renovación Carismática. Es autor del libro Je suis chrétien al servicio de los cristianos marfileños,  y de otros dos títulos editados en Monte Carmelo: Volviendo a Sicar . Para orar por el camino y Hasta ver a Dios. De baluarte en baluarte.

'Cartas a los corrientes' de Chalo González.

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-En el Evangelio nos encontramos las Cartas a los Corintios, a los Efesios, a los cristianos de Tesalónica… y ahora, 2000 años después, Cartas a los corrientes (VozdePapel). Chalo, ¿quiénes son los corrientes y qué pretende este libro?

-Los corrientes somos todos los cristianos “de a pie”, los del barrio… este libro son oraciones y cartas dirigidas a cualquier cristiano que en su parroquia o en un grupo de oración quiera ir distinguiendo el camino espiritual en el que está y poder discernir lo que en su interior se cuece para vivir más feliz y más en Dios. Discernir lo que va pasando en nuestra alma, en nuestro caminar de vida es muy necesario para nuestro andar espiritual.

-Chalo, los términos santidad y corrientes parecen un tanto contrapuestos. Santidad está asociado a la perfección, y a algo casi inalcanzable. Las biografías de muchos santos, más que animarte a seguir por ese camino, te desalientan al ver que ese tipo de santidad está destinada casi a los superhéroes, a los fuertes, a los capaces. Pero en cambio tú hablas de la santidad de la gente corriente…

Dios nos ha elegido para la santidad (Ef 1, 4). San Pablo constantemente escribe a las comunidades nombrándoles como los “santos de corinto” o santos de cualquier comunidad. La santidad no es algo para superhéroes de la fe o del martirio. Todos estamos llamados a ella desde la realidad cotidiana y corriente en la que estemos. La santidad es dejarse hacer por Dios en la realidad donde estamos. Su gracia irá vaciándonos para estar centrados en su presencia y ésta es una llamada para todos.

»No podemos olvidar que todos esos santos más llamativos que están en los altares, son santos corrientes de su tiempo que tocados por Dios y con el poder de la gracia ahora los reconocemos como luces en nuestras oscuridades, como modelos del dejarse transformar por el Espíritu Santo.

-También dices que hay “llaves distintas para una única santidad”… 

-Muchas veces hay cristianos ministros, religiosos o laicos que quieren hacer entrar a todos los cristianos por la misma puerta, asegurando implícitamente que, para ser buen cristiano, para ser santo, hay que entrar por su puerta. Es una arrogancia que va contra la libertad del Espíritu Santo, que sopla donde quiere y en cada época inventa nuevas llaves y puertas para conducir a la felicidad a todo el que se acerca. La santidad es una y no hay santos a medias, pero se puede entrar en ese misterio de vida por cientos de puertas -antiguas o nuevas- que el Espíritu ha suscitado.

-En otro momento del libro escribes que “no son las obras las que te dan la salvación, sino la gracia. Es Dios”. ¿Tenemos que irnos olvidando de esas enseñanzas que decían que la salvación nos la ganamos nosotros solos con nuestros méritos y buenas obras?

-Lo dice San Pablo y es teología eclesial. Somos salvados por la Gracia de Dios. No existe una olimpiada cristiana de esfuerzo para clasificar a los ganadores de la salvación. Sin embargo, sí que es importante decirnos cada uno a sí mismo que deseamos la vida en Dios. Nuestro esfuerzo o ascesis no compran la salvación. Sólo deben expresar nuestro sí a Dios en esa pedagogía humana de expresar lo que deseamos y amamos a la vez que agradecer lo recibido y lo esperado por venir.

-Pero también hablas de que tenemos dos manos, una es la de la gracia que nos impulsa a hacer las cosas, y la otra que ayuda colaborando con la gracia…

-Lo que digo en el libro es que igual que siendo zurdos o diestros, nuestra mano dominante para escribir y hacer otras cosas no desprecia a la otra mano. Así es nuestro proceso de crecimiento espiritual. Yo siendo diestro, constantemente utilizo mi mano izquierda para el buen éxito de cualquier acción cotidiana. En la vida espiritual sucede algo así. Es la gracia y sólo ella la que debe dominar en nuestro corazón; pero esa mano espiritual interna y dominante tiene otra mano menos hábil que sirve para confirmar nuestro deseo de cielo. Nuestra mano no dominante, la ascesis o cualquier esfuerzo ético o espiritual, no nos hacen ganar ningún cielo, pero nos pueden hacer andar en el camino del deseo de Dios.

-En los últimos años has estado cuidando a tus padres enfermos y has estado tocando diariamente el sufrimiento y el dolor. Cartas a los Corrientes (VozdePapel) ¿es también una respuesta ante el sufrimiento?

-Sí, por mis padres, por acompañar enfermos, por acompañar a familias en el duelo de un funeral y por mi ministerio, voy encontrando el dolor, el sufrimiento y la muerte, que son realidades que no debemos ni podemos evitar o esconder. Realidades a las que hay que mirar a la cara; mirarlas desde el don de la fe y con una mirada valiente y pacificadora.

Chalo González.

Chalo González está encargado actualmente de dos parroquia madrileñas en Usera.

»El mundo tiene necesidad de que, en visitas a enfermos, en tanatorios o en funerales, donde los creyentes y no creyentes se juntan, los cristianos expresen lo que creen con fe y valentía. En este libro también expreso esa convicción y experiencia profunda. Dios es vencedor y transforma el dolor en paz.

-Chalo, dices que “no puede haber una verdadera vida sana, liberadora y abierta a Dios, si no hay un equilibrio interno del ser humano, donde lo divino, la persona que hace opción De Dios y la vida corriente en la que se mueve no estén bien equilibradas”. ¿Cómo se consigue ese equilibrio?

-El equilibrio humano con todas sus facetas es absolutamente necesario. Un equilibrio que no es la pseudo religiosidad hierática de los que se piensan falsamente perfectos. La madurez y el equilibrio no son un final de carrera, sino metas volantes para cada día. Son el fruto de una pobreza que desea felicidad, confiados en Dios.

»No puede haber equilibrio verdaderamente humano y cristiano si nuestra vida corriente con su trabajo y actividad, nuestro ocio, nuestra vida espiritual y la relación sana con los otros no tienen estabilidad. No hay equilibrio si anulamos alguna de esas facetas esenciales de lo que somos.

-Los beneficios de este libro están destinados a la Asociación Amigos de los Enfermos y de los Prisioneros de Bouaké (Costa de Marfil). ¿Qué labor hace esta comunidad cristiana?

-Son cristianos africanos que se dejaron llevar por Dios, y con los que disfruté colaborando en mis años de África. De una manera sencilla pero muy eficaz, comenzaron a cuidar y atender a enfermos mentales que sin ninguna atención circulan por las calles, comiendo de las basuras. Siguieron con el cuidado de niños en situación de vulnerabilidad y con la asistencia a presos que están hacinados y en condiciones penosas.

Una de las labores cotidianas en favor de los presos y personas con problemas de adicciones.

Una de las labores cotidianas en favor de los presos y personas con problemas de adicciones.

»Con los años y la ayuda extranjera, han ido creando en Bouaké un centro que atiende a niños internos y a la vez han desarrollado una labor impresionante a nivel asistencial con consulta médica, medicinas, paritorio y con una gran influencia y reconocimiento en toda la zona donde están. 

Fuente
https://www.religionenlibertad.com/
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