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Preocupación en la Iglesia ante la promoción de métodos anticonceptivos irreversibles

La Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia expresó preocupación ante la campaña del Ministerio de Salud en torno a vasectomías y ligaduras de trompas gratuitas para adolescentes.

Mediante un comunicado emitido este martes 4 de octubre, la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia (Cevilaf) expresa su preocupación ante la nueva campaña del Ministerio de Salud de la Nacion que promueve el acceso a métodos anticonceptivos irreversibles (vasectomía y ligadura de trompas) para adolescentes a partir de los 16 años.

El comunicado afirma que se trata de “métodos que atentan contra la dignidad de la persona” y acotan la noción de libertad humana, al tiempo que cargan la responsabilidad sobre personas que no han alcanzado la madurez necesaria.

La preocupación se extiende también sobre “el progresivo debilitamiento de la conciencia sobre la vida y sobre la condición humana”, reduciéndola a una simple materialidad.

“Debiéramos estar planteándonos por qué los jóvenes no pueden proyectar un futuro, por qué tienen miedo o dificultades reales para formar una familia”, consideran desde la comisión, llamando a “asegurar mejores condiciones de vida, educación, oportunidades laborales y seguridad”.

Texto del comunicado

Desde la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia, observamos con preocupación la nueva campaña publicitaria del Ministerio de Salud de la Nación dirigida a adolescentes y jóvenes, inclusive menores de edad, en torno al acceso a métodos anticonceptivos y esterilizantes prácticamente irreversibles como la vasectomía y ligadura de trompas.

La exigencia ética de promover una paternidad responsable nunca debe abrir camino a métodos que atentan contra la dignidad de la persona, que acotan la noción de libertad humana o que cargan con la responsabilidad sobre personas que aún no han alcanzado la madurez necesaria para decidir sobre procesos irreversibles. 

Nos preocupa el progresivo debilitamiento de la conciencia sobre la vida y sobre la condición humana, que emerge con fuerza cada vez que aparece en la agenda pública el tema del aborto, la eutanasia y tantos otros debates que ponen en jaque los fundamentos más profundos de la humanidad. 

Este debilitamiento reduce la condición humana a una simple materialidad y queda expuesta sólo a criterios de eficiencia basados en datos, a veces sólo estadísticos. No se tiene en cuenta la existencia de la persona y su trascendencia, y queda peligrosamente desconocida la dignidad de los excluidos, los ancianos, los pobres, los enfermos y los niños por nacer.

En este marco es que nos preocupa una propuesta de estas características. La entendemos como una acción que atenta contra la dignidad de la persona humana, particularmente de los jóvenes objeto de la campaña, cuando deberíamos estar preguntándonos por qué los jóvenes no pueden proyectar un futuro, por qué tienen miedo o dificultades reales para vivir su sexualidad, prepararse a ser progenitores y formar una familia. En ese sentido, mucho debe hacerse para asegurar mejores condiciones de vida, educación, oportunidades laborales y seguridad, para que, lejos de seguir recortando el horizonte de nuestros jóvenes, integremos mejor el profundo anhelo de una vida digna y llena de esperanza.

4 de octubre de 2022

Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia 

(CEVILAF)

Más información www.episcopado.org y redes sociales.

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