El presbítero explicó que los ladrones entraron por el frente de la casa, rompieron la ventana y la puerta e inmediatamente hicieron lo mismo con la alarma y cortaron la luz. “Lo más valioso fue un Smart TV que lo usábamos para ver los videos con los chicos, dos garrafas, dos estufas eléctricas y un parlante”, detalló. “Robar está mal y el móvil siempre de este robo no es porque les haga falta una garrafa; es porque lo venden y no para comprar comida, sino vicio”, agregó.
Gracias a la cadena que le llegó a cientos de sanrafaelinos enviada por el mismo padre, y a la solidaridad de la comunidad, ya se está consiguiendo una garrafa y dinero para pagar los vidrios y cerraduras. Pese a ello, Saso explicó que es más de $40.000 lo robado. “Necesitamos garrafa, estufa, dinero y todo lo que pueda ser útil para una casa, no cosas que no usemos, sino que se puedan usar en esta casa”, solicitó.
La injusticia de comprar cosas robadas
El padre Saso, quien lleva años acompañando al GTPA, pidió a la comunidad no comprar lo robado. “Acá hay dos cosas: no solamente la injusticia del que roba, que los que lo hacen están bajo el efecto de la droga y eso está mal igual. Si no también la otra gran injusticia, la de comprar cosas robadas, y quienes lo hacen no son ningunos adictos”, afirmó.
“Cuando publican cosas hay que preguntar si son “bien habidas o mal habidas”, así me decía mi mamá”, dijo el sacerdote. “Ella me enseñó que lo que es del agua, el agua se lo lleva. Cuando uno compra cosas a muy bajo precio y que sabe que no son de buena vida, no tengo que comprarlas”.
“Es una cadena que nunca se acaba es tan injusto el que roba como el que compra cosas robadas. Somos tan ladrones los que compramos, como el que roba”.
Para finalizar, Saso pidió rezar por quienes robaron, y por los integrantes de La Ceferina. “Uno sigue, esto es una prueba más. La casa es de todos y alguna vez, espero que no, la van a necesitar”.
