Nuestra Iglesia

Viernes Santo. Monseñor Taussig: Mirar nuestras vidas y preguntarnos si cumplimos la voluntad de Dios

“Las últimas palabras lúcidas de un moribundo expresan siempre el anhelo más profundo de su corazón, de su vida. ‘Todo se ha cumplido’ dice Jesús después de mojar sus labios en la esponja de vinagre para quedarse con el amargor del mismo, rechazando el aspecto anestesiante soporífero que tenía esa mezcla si el moribundo la bebía. Con esa serena majestad, el Hijo de Dios, con ese sereno dominio que Juan hace resaltar en el Relato de la Pasión, dice ‘todo se ha cumplido’”, dijo Monseñor Taussig.

“Las palabras son un eco a las palabras del Hijo de Dios cuando entró en el mundo. Allí el Hijo le dijo al Padre ‘no te gustaron los sacrificios antiguos, me diste un cuerpo, aquí estoy Dios, para hacer tu voluntad. Hacer la voluntad del Padre fue el alimento del Hijo. <<Hago la voluntad de mi Padre que me ha enviado>>, dijo muchas veces”, agregó el Obispo.

“Lo que aprendió con lágrimas y sufrimientos como dice la Carta los Hebreos, <<aprendió a obedecer con lágrimas y sufrimientos>> llega a su plenitud en sus últimas palabras”, afirmó Monseñor y resaltó: “Por eso Jesús vivió una vida plena, por eso podía enseñar con autenticidad a rezar le Padre Nuestro a sus discípulos, <<hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo>>”.

“Por eso hoy frente a Jesús que entrega su Espíritu en la Cruz, podemos mirar nuestras vidas y preguntarnos si cumplimos su voluntad, en los mandamientos, en los preceptos de la Iglesia, en las prescripciones litúrgicas, hasta en los detalles, sobre todo en el mandamiento nuevo: el mandamiento del amor”.

“Le pedimos al Señor que nos ayude a aprender la lección de su pasión, para que podamos rezar el Padre Nuestro con coherencia, para que podamos nosotros un día entregar serenamente nuestro espíritu en el momento de la muerte, y para que así, podamos también compartir su gloria, la gloria de la Cruz, que así sea”, concluyó.

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