
“Regresar a sus hogares y comunidades con el ardiente deseo de «eucaristizar», anunciando a todos la buena noticia de la presencia viva y vivificante de Jesús sacramentado en medio de nosotros”. Con estas palabras, el Papa Francisco invitó al pueblo guatemalteco, que del 10 al 14 de julio, realizó el Congreso Nacional Eucarístico por los 500 de evangelización, a continuar “ahondando en la espiritualidad eucarística, siendo constructores de la unidad en la caridad y testigos alegres de la esperanza que no defrauda”.
En una misiva, a firma del cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, el Santo padre expresó su cercanía a los obispos, sacerdotes, consagrados y seglares que participaron en el congreso eucarístico, que se realizó en la arquidiócesis los Altos Quetzaltenango- Totonicapán, bajo el lema «Yo soy el pan de vida».
“El Papa -se lee en la carta- se une a la acción de gracias al Señor por este acontecimiento dedicado a renovar la fe y la devoción al santísimo sacramento”.
Por último, el Santo Padre, a la vez que suplica que recen por él y su servicio al santo pueblo de Dios, invoca la maternal protección de nuestra señora del rosario e imparte la implorada bendición apostólica, «prenda de copiosos dones celestiales», concluye la misiva dirigida al arzobispo Mons. Mario Alberto Molina Palma.