Nuestra IglesiaSociedad

¿Por qué la bendición del Papa este viernes ha sido única en la historia?

¿Cuál es el acto con el que un Papa puede hacerse más cercano a los creyentes esparcidos por el planeta en momentos de gravísimo peligro? 

Esta es la pregunta que sin duda alguna se planteó Francisco al estallar el coronavirus a nivel planetario.

La respuesta, a diferencia de lo que alguno habría podido pensar, no consiste en celebrar misa para que todos le puedan seguir por Internet, radio o televisión, como ya realiza todas las mañanas. 

Un gesto único del Papa

Entonces, ¿cuál es ese gesto al que el Papa puede recurrir para hacerse activamente presente en la vida de cada fiel? Existe un acto único en su género: la bendición papal “Urbi et Orbi”, traducido del latín “a la ciudad [de Roma] y al mundo”.

Se trata de un acto que ningún otro obispo puede realizar y que puede tener lugar de manera eficaz a través de los medios de comunicación para el bien del alma de los fieles.

Las condiciones para recibir la indulgencia plenaria son (Cf. El don de la indulgencia según la Penitenciaría Apostólica):

  • disposición interior de un desapego total del pecado, incluso venial;
  • confesar los pecados;
  • recibir la sagrada Eucaristía
  • rezar según las intenciones del Romano Pontífice.

Se trata de un acto que ningún otro obispo puede realizar y que puede tener lugar de manera eficaz a través de los medios de comunicación para el bien del alma de los fieles.

No es algo mágico

Según la teología católica (Catecismo de la Iglesia Católica números 1422-1498), la culpa del pecado es remitida por el Sacramento de la Reconciliación (Confesión), de manera que la persona vuelve a estar en gracia de Dios, por lo cual se salvará si no vuelve a caer en pecado mortal.

Ahora bien, la Confesión, al igual que esta bendición, no es algo mágico. El pecado acarrea en la vida del creyente un desorden, que permanece tras la Confesión. Por este motivo, es necesaria la penitencia impuesta en el sacramento. 

El creyente necesita purificarse por medio de otras obras buenas y, en último caso, por medio del sufrimiento del Purgatorio, según la teología católica. 

Dado que la indulgencia plenaria remite completamente esa pena debida, el fallecido sin haber caído nuevamente en pecado no ha de pasar por el Purgatorio y accede directamente al cielo (Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1030-1032). 

Según la Tradición, los efectos de la bendición “Urbi et orbi” se cumplen para toda aquella persona que la reciba con fe y devoción, incluso si la recibe, en directo, a través de los medios de comunicación de masas. Este es precisamente el gesto único de compañía que el Papa ha querido dar a cada creyente.

Un acto único en la historia

El Papa solo imparte la bendición en tres ocasiones: al ser elegido sucesor de Pedro, en Navidad y Pascua. 

Por este motivo, es posible afirmar que en la historia no había tenido lugar nunca antes una bendición “Urbi et Orbi” de un Papa en la soledad de la Plaza de San Pedro del Vaticano, seguido mundialmente por los creyentes a través de medios de comunicación. Será un acto único en la historia.

Fuente original: Aleteia

Mostrar más
Botón volver arriba