“Los hidalguenses estamos a favor de la vida” se titula el comunicado de los obispos de la Provincia eclesiástica de Hidalgo que, ante la aprobación, el pasado miércoles 30 de junio, de una ley que despenaliza el aborto, manifiestan “preocupación y tristeza” por una votación “dividida y precipitada” del Congreso del Estado de Hidalgo, que confirma un desprecio por la vida y pone en riesgo un derecho humano fundamental, especialmente de los más indefensos.
Con 16 votos a favor, el mínimo indispensable, 8 en contra y 1 abstención, el pleno del Congreso de Hidalgo aprobó la iniciativa a favor de la interrupción legal del embarazo (ILE), sin importar su causa, hasta las 12 semanas o 3 meses de gestación. El dictamen establece además que las instituciones públicas, privadas y sociales que presten servicios de salud ese Estado deberán proveer este servicio de interrupción de forma gratuita, en condiciones de calidad y salubridad para las mujeres. Después Ciudad de México y Oaxaca, Hidalgo se convierte así en el tercer estado mexicano que despenaliza el aborto.
“Ante la magnitud de esta situación derivada de la votación en el Congreso, suplicamos de la manera más respetuosa al señor gobernador del estado, medite concienzuda y profundamente sobre las implicaciones que esta decisión legislativa pudiera generar en nuestro pueblo de Hidalgo”, reclaman los obispos. Además, piden al gobernador que ejerza su derecho al veto, pues “una resolución de esta trascendencia, que cambia el valor de la vida de todos los hidalguenses, no puede ser legislada sin escuchar al pueblo”.
Tras reiterar que la vida es un regalo de Dios y que todos los católicos al igual que las personas de bien, tienen un deber moral en la defensa de la vida humana de los inocentes, desde el momento de su concepción hasta su fin natural, los obispos hidalguenses afirman que el aborto legalizado simplemente destruye una vida y afecta sensiblemente a la madre. Además, recuerdan que frente a las adversidades que tienen muchas mujeres durante su embarazo, son necesarias acciones e instituciones que las protejan, las cuiden a ellas y a la criatura en su seno.
“Consideramos que, aunque los legisladores de nuestro estado han recibido en su investidura la legítima representación de las necesidades de la ciudadanía, una alta responsabilidad ética y democrática les exige escuchar el verdadero clamor de la población que pide se atiendan necesidades más urgentes. Y una ley que legalice el aborto no es una petición de los hidalguenses”, afirma el comunicado de los obispos publicado en el portal de la Conferencia del episcopado mexicano (CEM).
Al concluir, Mons. Domingo Díaz Martínez, Arzobispo de Tulancingo; Mons. José Acosta Beltrán, Obispo de Huejutla y Mons. Juan Juárez Meléndez, Obispo de Tula, quienes firman el comunicado llaman a los laicos a seguir trabajando a favor de la vida, a favor del bienestar integral de la familia hidalguense y a favor de una salud materno-infantil verdaderamente plena e integral.