Sociedad

Los obispos españoles denuncian las leyes “contrarias a la razón, la naturaleza y la vida”

La Conferencia Episcopal Española publicó un documento sobre la familia, la persona y la sociedad, que hace referencia a las leyes acerca del aborto, la eutanasia o las personas trans, entre otras.

“La reciente legislación que se extiende por el mundo es totalmente contraria a la razón, a la naturaleza y a la vida”, afirmó el arzobispo de Valladolid y secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Luis Argüello, al presentar este 13 de enero el “Instrumento de trabajo pastoral sobre persona, familia y sociedad, que se ofrece a la Iglesia y a la sociedad española desde la fe en Dios y la perspectiva del bien común”.

 

El documento cita propuestas legislativas como el aborto, el divorcio, el matrimonio homosexual, la experimentación con embriones humanos, la gestación subrogada o la transexualidad que, “desde poderosos organismos financieros globales, se imponen a los gobiernos”.

 

“No se trata de un nuevo documento doctrinal o pastoral de la Conferencia Episcopal, sino de una invitación a la reflexión por parte de todos, estimulante y enriquecedora, en este momento de convergencia de múltiples acontecimientos, políticos, económicos y culturales expresión de una gran transformación que afecta a la trasmisión de la fe y a la convivencia en nuestra sociedad”, aseguró el arzobispo.

 

El texto, de más de 100 páginas, toca una a una esas propuestas, desde las que llevan años en vigor, como el divorcio, hasta la ley de familias, todavía en proceso de tramitación. De la primera, se dice lo siguiente: “La normalización del divorcio y su fácil tramitación expresa ya la pérdida del valor social de la alianza que supone el matrimonio, y la nula defensa pública de este vínculo tan valioso para la convivencia social y el cuidado y la educación de los hijos”.

 

Del aborto, se añade que los avances científicos permiten sostener, “con más contundencia que negar, que existe una nueva vida en el seno de una mujer embarazada desde la concepción, por lo que es irracional afirmar un supuesto derecho a decidir sobre el propio cuerpo, lo cual es una falacia”.

 

“No podemos hacer balance del pasado -afirma sobre la eutanasia-, pero sí expresar tristeza y pesar por esta ley y por cómo se llevó a cabo en plena pandemia. La eutanasia no es un derecho, sino la expresión triste de una derrota de lo más esencial del ser humano”.

 

En el capítulo de leyes ya aprobadas, también está la del matrimonio entre personas del mismo sexo que, según los obispos, “devalúa la institución matrimonial”. “Al llamar matrimonio a la relación entre dos personas que no pueden procrear, se quiere igualar lo que es objetivamente desigual. Se niega el significado de la diferencia sexual, con el argumento de igualar en derechos cualquier tipo de unión entre dos personas”, añade.

El texto recoge la agenda legislativa más reciente del gobierno de España, “que avanza en la disminución del derecho de las familias a decidir el modelo educativo para sus hijos”; en la reforma de la ley del aborto, que lo hace “más fácil” y restringe la objeción de conciencia; o en la ley trans, que “consagra el sentimiento como categoría jurídica”.

 

Prima el sentimiento y la autodeterminación

Con las leyes y propuestas culturales, como el individualismo, la ideología de género, el emotivismo o la ausencia de Dios, el documento constata que “emerge una concepción de la persona en la que priman el sentimiento y la autodeterminación de la realidad corporal”. “Los deseos se transforman en derechos, la naturaleza y los animales quieren ser protegidos en rivalidad con los humanos y, en el horizonte, se vislumbra una propuesta poshumana, que pone en cuestión la dignidad sagrada”, se añade.

 

En el análisis que llevan a cabo los obispos, también se apuntan causas sociales y económicas que dificultan la fundación de una familia y el tener hijos. En este sentido, se critica la escasa inversión del Estado en políticas familiares.

 

Y se hace además una autocrítica, pues el retroceso de la familia cristiana también tiene que ver con la secularización interna o las carencias en la iniciación cristiana y la educación afectivo-sexual, la falta de acompañamiento de situaciones incompletas o irregulares, o la ausencia de compromiso público de los católicos.

 

Esta situación plantea, según los obispos, varios retos en el seno de la propia Iglesia, pero también a nivel social. El objetivo, se dice, es anunciar el evangelio de la familia.

 

Con estas reflexiones, explicó el vocero de la CEE, la Iglesia busca iniciar una conversación abierta con personas y grupos de la sociedad, en un ejercicio de escucha mutua y de diálogo, más allá de las propias convicciones religiosas.

 

Estas reflexiones quieren también animar la presencia pública de los católicos en los ambientes e instituciones de los que forman parte, y ayudar a abrir un proceso de diálogo y discernimiento en diversos ambientes e instituciones (comunidades cristianas, Acción Católica, consejo de estudios y proyectos, universidades católicas, medios de comunicación social, etc.), así como en otros grupos sociales que quieran unirse a esta reflexión.

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