Sociedad

Cómo prevenir el suicidio en adolescentes: consejos del psiquiatra

Aleteia, página católica española, publica una entrevista con el doctor Nicolás Ramírez, psiquiatra en el área de Salud Mental del hospital Sant Joan de Déu de Barcelona

La adolescencia es una edad complicada, de profundos cambios a nivel físico, psicológico y social. Es la etapa en la que los niños y niñas se asoman al mundo de los adultos tratando de encajar en esa vida vertiginosa llena de problemas, decisiones y retos.

De hecho, la propia adolescencia ya es un reto, mucho más complicado que los que se publicitan en Tik Tok.

Esos cambios en la pubertad no siempre van acompañados de la aceptación de los chicos. La falta de madurez y la inseguridad propia de estas edades hace que les cueste admitir los cambios que están experimentando.

Por ello no es de extrañar que uno de los grupos más vulnerables en torno al suicidio sean los jóvenes de 15 a 29 años. En esta franja es la cuarta causa de muerte no natural en todo el mundo. Y en España el suicidio ha pasado a ser la primera causa de muerte en 2021, con un aumento del 250% de los intentos de suicidio.

Estos datos alarmantes ponen en primera plana este tema tabú y lleno de estigma. ¿Qué sucede con nuestros jóvenes para que tengan deseos de quitarse la vida? ¿La pandemia tiene que decir algo al respecto? Aleteia ha mantenido una entrevista con el doctor Nicolás Ramírez, psiquiatra en el área de Salud Mental del hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

¿Qué está pasando, doctor? ¿El confinamiento y la crisis sanitaria tienen algo que decir ante estos datos?

Ahora hay mucha alarma en torno al suicidio, especialmente porque tras la pandemia se puso el foco en nuestra salud mental y en cómo nos iba a afectar todo esto. Sin embargo, quiero remarcar que esta tendencia es de hace años. Lo que sucede es que la pandemia ha hecho florecer el problema.

La adolescencia es esa etapa en la que la vida empieza a hacerse cuesta arriba, a veces difícil de soportar. Es una época de fuerte crisis y de gran fragilidad, donde las emociones van y vienen, y por tanto se es susceptible de caer en las garras del suicidio.

¿Cómo se llega al suicidio? ¿Qué pasa por la cabeza de un adolescente para querer quitarse la vida?

Un joven que se quiere quitar la vida llega a estas ideas cuando tiene sentimientos de profunda soledad. Además, la adolescencia es una época en la que los adolescentes se dan poco valor, pues están en plena edificación de su propia autoestima.

Es un momento en el que ejercen gran influencia sus iguales. Los adolescentes necesitan reafirmarse como parte de un grupo. Es la época de los retos, de ver quién es el más valiente, recordemos la Ballena Azul.

En la pandemia esta influencia se vio reducida fuertemente al tener que evitar el contacto con sus iguales. Y precisamente el adolescente, que huye de la influencia familiar, se encontró de repente encerrado en casa con su familia.

Los adolescentes se distancian, pero eso no significa que no nos necesiten. Debemos estar alerta.

¿Dónde hay que poner el foco? ¿Cuáles son las señales de alarma?

El foco debe ser preventivo estableciendo unas líneas de comunicación fluidas. Los adolescentes se distancian, pero eso no significa que no nos necesitenDebemos estar alerta.

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Los adolescentes se distancian, pero necesitan a sus padres.

Hay que hacer un esfuerzo desde la distancia, respetando su autonomía. No agobiando o controlando, sino por enterarnos de lo que le sucede y necesita.

Hay que ser padres presentes. En algún momento el adolescente necesitará abrirse y contar qué le pasa. Para eso hay que estar disponibles.

A veces se tratará solo de un mal día. Pero cuando el problema dura semanas, es que se trata de algo más serio.

¿Qué ayuda y qué no en la comunicación con alguien con ideas suicidas?

Primero de todo, no tengamos miedo a hablar de estas cosas. Tampoco hay que minimizar o decir que es una tontería, porque eso es peor todavía. Hemos de darle importancia aunque objetivamente no la tenga, porque para el adolescente sí la tiene. Nuestro mundo y el de ellos difieren mucho en cuanto al nivel de importancia que tienen las cosas.

Hemos de darle importancia aunque objetivamente no la tenga, porque para el adolescente sí la tiene.

No esperemos a que acudan a nosotros. Mantengamos una actitud abierta y formulemos ideas como “Te veo triste, cualquier cosa que te pase sabes que me la puedes contar…”

¿Qué dinámica o protocolo hay que seguir en casa cuando alguien se quiere quitar la vida?

Después de haber estado observando a nuestro hijo por un tiempo corto, si detectamos que está triste o aislado, sin ganas de disfrutar de cosas que antes sí disfrutaba, hay que actuar de inmediato.

Lo mejor es acudir a un profesional de salud mental que tenga los conocimientos adecuados para ayudarnos.

Por lo general se suele actuar tarde. Vamos dejando pasar las semanas y el problema se hace grande. No hay que tener miedo a acudir a un profesional. Bien que cuando nos duele el tobillo, no tardamos en acudir al traumatólogo. No esperamos a estar con muchísimo dolor.

El profesional de primer contacto será un psicólogo, quien valorará la trascendencia y si precisa o no de un médico psiquiatra.

Al tratarse de un adolescente, nos podemos encontrar que no quiera recibir ayuda. No debemos obligar, pero sí tratar de convencer de que es lo mejor para él. Al obligar se produce un efecto negativo y el adolescente se cierra en banda.

Como padres, ¿qué tenemos que reforzar?

Sobre todo la vida social del adolescente para que no sea siempre fuera de casa. Que gran parte de la actividad sea dentro del hogary así incrementar la influencia desde la familia. Estar atentos a todo lo conductual y anímico.

En esas charlas con ellos es bueno recordar la propia adolescencia como un período de cambios pero también de grandes ilusiones y proyectos.

Y por último, vigilar los patrones de sueño, alimentación, vida social, deporte, etc.

¿Qué relación hay entre el suicidio y las redes sociales?

Existe una estrecha relación entre ambos. Pueden ser muy beneficiosas pero encierran también muchos mensajes destructivos para quien las usa. Imagínate si el usuario es un adolescente inmaduro, con autoestima baja… El resultado es demoledor.

Con Instagram, nos podemos quedar con la parte superficial de la aplicación como es compartir imágenes. Pero por debajo puede provocar comparación, envidia y la consecuente impresión de que la propia vida no vale.

Por ejemplo, con Instagram nos podemos quedar con la parte superficial de la aplicación como es compartir imágenes. Pero por debajo puede provocar comparación, envidia y la consecuente impresión de que la propia vida no vale.

Un peligro que está en auge

Además, quiero destacar algo que está muy en auge y es el hecho de grabar momentos íntimos de terceros, subirlos a la red y viralizarlos, con consecuencias catastróficas. La víctima suele tener tentativa de suicidio fruto de la exposición al ridículo que ha sufrido.

Como padres tenemos que ser fuertes y retrasar al máximo las pantallas. Cuanto más maduros sean mejor.

Fuente
ALETEIA
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