Sociedad

Aborto y relato

Durante la jornada nombraron casos de supuestas muertes por aborto ocurridas en los últimos años. Esos mismos casos fueron escritos en el libro de Guadalupe Batallan, “Hermana date cuenta no es revolución, es negocio”, donde la joven saca a la luz la verdad de esos casos y deja en expuesto una de las tantas mentiras que mueve el negocio del aborto.

Entre las historias “de niñas y mujeres que murieron por abortos inseguros” se encuentra el de Liliana Herrera, según Latfem.org  “tenía 22 años y era madre de dos hijas, de 3 y 6 años. Llegó al Hospital Regional de Santiago del Estero con una infección generalizada desde el paraje Las Lomitas, en el departamento de Loreto, en el centro de la provincia. Vivía en una casa de adobe con techo de paja a 50 kilómetros de la capital provincial. Su hermana, Mirna, había muerto por la clandestinidad del aborto a los 31 años”.

Sin embargo, Batallan explicó que la historia de la joven de 22 años, “se volvió una constante y hasta el día de hoy escuchamos que su muerte fue verdadera”. La docente e investigadora del grupo Género, Política y Derechos del INDES de la Universidad de Santiago del Estero, Cecilia Canaveri, afirmó: “La operaron para sacarle el útero, hizo varios paros cardiorrespiratorios en el medio de la cirugía y murió al poco rato”.

Sin embargo, al día siguiente, el Ministerio de Salud provincial emitió un comunicado oficial asegurando que Liliana ingresó al hospital con diagnóstico de feto muerto intrauterino e infección urinaria desde el Hospital de Loreto. Según señaló el informe médico, “No se encuentran registros en la historia clínica de la paciente de datos sobre la existencia de maniobras abortivas expresadas ni por la paciente ni por los familiares que la acompañaron durante el proceso en el Centro de Salud”. Es decir, “no había sido un aborto inducido, mucho menos, clandestino”, explica Batallán.

 “Elizabeth”, el aborto con perejil que nunca existió

14 de agosto, cinco días después del rechazo total en la Cámara de Senadores. En las redes sociales se podía leer el #NoFueLey por un lado, y por el otro, todo tipo de acusaciones a los 38 senadores que hicieron posible la derrota del aborto en el Congreso. En ese contexto, Página 12 publicó una noticia que luego fue levantada por Infobae, Perfil y Crónica, entre otros: “Otra muerte por aborto clandestino”. En este caso, Elizabeth (o Lizzy, como también se la conoció) ingresó a la guardia del Hospital con shock séptico por intentar realizarse un aborto clandestino, en el barrio de José León Suárez, provincia de Buenos Aires.

Según LatFem “Unas horas antes había decidido practicarse un aborto casero metiéndose en el cuello uterino un tallo perejil. No era la primera vez que abortaba pero esta vez el dolor fue insoportable”.

La médica que proveyó la información al diario y luego se comunicó con otros medios, Ana Paula Fagioli, miembro de la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir, aseguró: “Hace años que no recibíamos un caso con perejil en las guardias”, “llegó con una rama en el útero”. A esto se suman militantes como Raquel Vivanco, presidente del Observatorio Ni Una Menos y coordinadora de MuMaLa. 

Guadalupe relató que a medida que el relato avanzó, el nombre de Elizabeth mutó a Liz y luego a Aida; y se le dio distintas edades. Primero 24, luego 32, y finalmente 34 años. Además, se la hizo madre de distinta cantidad de niños: 2, 3, 4, sin acuerdo sobre sus edades. Crónica, como de costumbre, se arriesgó aún más y publicó nombre, apellido, fotos y facebook de la mujer: Aída Núñez Rodas. Pocas horas después, el diario digital El Disenso notificó que la supuesta víctima vivía en Paraguay, estaba viva y había sido madre hacía 15 días. 

Pero esta última versión no se viralizó y a medida que avanzaba el caso, la Dra. Fagioli continuó agregando detalles y aseguró ante Infobae que a la joven, “Se le practicó una histerectomía de urgencia”. Finalmente, días después, se aclaró la verdad. Aida Núñez Rodas, la mujer de 32 años de Cecilio Báez denunció que en Argentina se estaban utilizando sus fotos y sus datos sobre un supuesto caso de aborto clandestino. No sólo no era cierto, sino que también estaba evaluando iniciar acciones legales. Ante el error, se comenzó a instalar que la mujer que había fallecido en Argentina era Aída Rodas. Sin embargo, según sus allegados, el detalle de los hijos y la edad no concuerdan, así como tampoco la causa de la muerte.

Solo por nombrar estos dos casos, queda expuesto una vez más las mentiras que difunden las feministas

 

 

Fuentes: LatFem;”Hermana, date cuenta. No es revolución, es negocio”
Imagen: Captura de LatFem 
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