“Venimos a esta misa a traerle nuestra gratitud a Dios y también el pedido por todas nuestras necesidades y preocupaciones”,dijo Monseñor Taussig.
En su homilía, el obispo diocesano expresó que la pandemia “nos pone a todos ante la muerte”. “La muerte no es el fin del hombre, es una puerta que se abre al cielo, al purgatorio, al infierno, al juicio que tendremos”, agregó.
Por ello, Monseñor afirmó que “mirar la patria celestial que nos espera nos puede ayudar mucho a construir la patria terrenal que vivimos”.
“La patria necesita más generosidad”, expresó Taussig, refiriéndose al aumento de la pobreza, consecuencia de la pandemia mundial. “Hay familias más angustiadas. Tenemos que seguir preocupándonos para ayudar a los más necesitados”.
El obispo también se refirió a la política y su preocupación, como la de tantos argentinos: en vísperas a las elecciones, “en vez de poner a los dirigentes en una perspectiva de buscar puntos comunes para afrontar las consecuencias de la pandemia y las dificultades de la mayoría, notamos con dolor un enrarecimiento” y resaltó tristemente “la falta de diálogo”.
Monseñor Taussig concluyó su homilía exhortando a que todos “podamos buscar desde el lugar que nos corresponde esa generosidad, para cuidar a nuestros hermanos más enfermos, para cuidar a quienes están más necesitados económicamente , para cuidar el bien común y tender puentes que nos ayude a todos a buscar a todos las mejores soluciones para nuestra patria”.
