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Texto inédito de Francisco: ‘La muerte no es el fin sino un nuevo comienzo’

El Papa Francisco firmó el 7 de febrero, el prefacio del libro del cardenal Angelo Scola, arzobispo emérito de Milán, titulado "En espera de un nuevo comienzo. Reflexiones sobre la vejez".

El Papa Francisco escribió el 7 de febrero el prefacio para el libro del cardenal Angelo Scola, arzobispo emérito de Milán, titulado «En espera de un nuevo comienzo. Reflexiones sobre la vejez». El volumen, de Libreria Editrice Vaticana, estará en las librerías a partir del jueves 24 de abril. El texto fue difundido por el Vaticano.

«La muerte no es el fin de todo, sino el comienzo de algo. Es un nuevo comienzo, como bien indica el título, porque la vida eterna, que quienes aman ya experimentan en la tierra, en sus actividades cotidianas, es el comienzo de algo que no tendrá fin», escribió el pontífice, fallecido este lunes a los 88 años y tras más de 12 años de pontificado.

«Y precisamente por eso es un ‘nuevo’ comienzo, porque vamos a experimentar algo que nunca hemos experimentado plenamente: la eternidad», añade.

Francisco elogió la «experiencia personal y la sensibilidad cultural» del arzobispo emérito de Milán, en su reflexión sobre la vejez.

«No debemos temer a la vejez, no debemos temer envejecer, porque la vida es vida y edulcorar la realidad es traicionar la verdad de las cosas. Devolverle el orgullo a un término a menudo considerado insano es un gesto que debemos agradecer al cardenal Scola», escribió.

«Decir ‘viejo’ no significa ‘tirar’, como a veces nos lleva a pensar una degradada cultura del descarte. Decir ‘viejo’, por el contrario, significa experiencia, sabiduría, discernimiento, reflexión, escucha, lentitud. ¡Valores de los que tenemos mucha necesidad!»

El Papa recuerda que «el problema es cómo envejecemos» e invita a valorar el papel de los abuelos, de «fundamental importancia para el desarrollo equilibrado de los jóvenes y, en definitiva, para una sociedad más pacífica».

«En medio del frenesí de nuestras sociedades, a menudo dedicadas a lo efímero y al gusto malsano por las apariencias, la sabiduría de los abuelos se convierte en un faro que brilla, ilumina la incertidumbre y ofrece orientación a los nietos», continúa.

El texto concluye con un llamamiento a permanecer «unidos en la gratitud a este Dios amoroso que ofrece vida y esperanza, sea cual sea la época en la que vivamos».

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