Nuestra Iglesia

“Ser cristianos no es ante todo una doctrina o un ideal moral, es una relación viva con él, con el Señor Resucitado”

Desde el balcón, en este tercer domingo de Pascua, el Papa Francisco ha reflexionado acerca del evangelio del día según Lucas, donde desde el Cenáculo, en Jerusalén, Cristo resucitado se presenta en medio del grupo de discípulos y los saluda diciendo: «¡La paz con vosotros!»

El Pontífice aseguró que este pasaje evangélico se caracteriza por tres verbos muy concretos “que en cierto sentido reflejan nuestra vida personal y comunitaria: mirar, tocar y comer”. “Tres acciones – dijo – que pueden dar la alegría de un verdadero encuentro con Jesús vivo”. De hecho – subrayó – “este pasaje del Evangelio nos dice que Jesús no es un “fantasma”, sino una Persona viva” y nos recuerda que ser cristianos “no es ante todo una doctrina o un ideal moral, es una relación viva con él, con el Señor Resucitado: lo miramos, lo tocamos, nos alimentamos de él y, transformados por su amor, miramos, tocamos y nutrimos a los demás como hermanos y hermanas”.

Mirar: uno de los verbos del amor

“Mirad mis manos y mis pies” —dice Jesús. El Santo Padre ha explicado que “mirar” no es solo ver, sino que también implica “intención y voluntad”. Por eso – dice el Papa – es uno de los verbos del amor: “La madre y el padre miran a su hijo, los enamorados se miran recíprocamente; el buen médico mira atentamente al paciente… Mirar es un primer paso contra la indiferencia, contra la tentación de volver la cara ante las dificultades y sufrimientos ajenos”.

Tocar: el amor pide cercanía y contacto

El segundo verbo que señaló el Papa es “tocar” y retoma el evangelio de este domingo para explicar que, Jesús, al invitar a los discípulos a palparle, para que constaten que no es un fantasma, “les indica a ellos y a nosotros que la relación con él y con nuestros hermanos no puede ser “a distancia”. “No existe un cristianismo a distancia – subrayó el Papa – no existe solamente un cristianismo solo en el ámbito de la mirada”. Es más, el Papa aseguró que el amor “pide cercanía, contacto, compartir la vida”. De hecho – puntualizó – “el buen samaritano no solo miró al hombre que encontró medio muerto en el camino: se inclinó, curó sus heridas, lo subió a su montura y lo llevó a la posada. Y lo mismo ocurre con Jesús: amarlo significa entrar en una comunión vital y concreta con él”.

Comer en familia y amigos es una expresión de amor

Por último, Francisco habló del verbo “comer” y aseguró que “expresa bien nuestra humanidad en su indigencia más natural, es decir, nuestra necesidad de nutrirnos para vivir”. “Pero comer cuando lo hacemos juntos, en familia o con amigos, también se convierte en expresión de amor, de comunión, de fiesta. ¡Cuántas veces los Evangelios nos muestran a Jesús que vive esta dimensión convival! – Exclamó el Papa – hasta el punto de que el banquete eucarístico se ha convertido en el signo emblemático de la comunidad cristiana”. Por eso, para el Papa, “comer juntos” es “el centro de la vida cristiana”.

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