Este domingo 2 de abril comenzamos a vivir la Semana Santa, conocida también como la Semana Mayor. La misma inicia con la celebración del Domingo de Ramos.
En la Catedral San Rafael Arcángel la bendición de Ramos se realizó en la Plaza San Martín donde se concentraron sanrafaelinos con sus ramos de olivos, los cuales llevaron a sus casas.
La celebración fue presidida por el pbro. Luis Fachello, Administrador Parroquial de la Catedral San Rafael Arcángel.
Luego de ser bendecidos los ramos, la procesión se dirigió al templo donde se celebró la Santa Misa de Domingo de Ramos.
En la homilía, el sacerdote invitó a acompañar a Jesús en la Semana Mayor. “Sigamos al Señor en estos días de la Semana Santa. En cada paso pensemos pero de corazón, profundamente, aquello que tantas veces hemos dicho, hemos escuchado o hemos leído, porque está en la Sagrada Escritura. Cristo murió por nosotros. Más personal si quieren. Pues como dice San Pablo a los Gálatas <<Me amó y se entregó por mí>>. Hay algo personal en la Pasión de Cristo. Entonces, en cada paso de esta Semana Santa, pensemos esto”.
Fachello recordó que Cristo murió por nosotros “y ese murió por nosotros tiene una triple dimensión”, dijo. “Cristo muere por nosotros. ¿En qué sentido? Por causa, a causa de nosotros, por nuestros pecados. Nosotros lo hicimos sufrir con nuestros pecados y por eso Cristo sufre por nosotros por culpa nuestra. Pero también Cristo sufre por nosotros en el sentido de que sufre en lugar nuestro. Es nuestro lugar, el lugar de nosotros. Él ocupa el lugar que deberíamos ocupar nosotros. Carga con nuestros pecados, los lleva a la cruz y allí los lava. Y por último, Cristo sufre por nosotros en el sentido de que sufre por amor a nosotros. No hay otra razón para todo ese abismo, que un abismo de amor”, señaló.
“Tratemos de acompañarlo. En cada paso, pensando que murió por mí y sufrió por mí. Se entregó por mí, por nosotros, por la Iglesia. En cada paso, acompañarlo. Hoy es la entrada triunfante y en estos días lo vamos a contemplar durante la Semana Santa, en la Última Cena y el Viernes Santo sobre todo. Y así, podremos también ser partícipes de la alegría de la resurrección”, concluyó
