
El próximo 8 de diciembre, el Santuario de la Virgen del Valle Grande volverá a convertirse en punto de encuentro para cientos de fieles que celebran la Fiesta de la Inmaculada Concepción, una de las advocaciones marianas más queridas por el pueblo católico.
El rector del Santuario, Pbro. José Antonio Álvarez, compartió el profundo sentido espiritual que envuelve esta celebración.
“La fiesta de la Inmaculada Concepción es muy querida. En todos lados se llena de gente y no tiene competencia, porque el pueblo fiel reconoce en este misterio el comienzo de la nueva creación. Dios preservó a María desde su concepción para que fuera el templo perfecto para su presencia. Y eso nos llena de honor, porque esa Mujer es una de nosotros: humana, cercana y Madre de Dios”, expresó.
Peregrinaciones y devoción popular
Como cada año, durante la noche del 7 de diciembre se espera la llegada de peregrinos que realizan una caminata espontánea hacia el Santuario.
El sacerdote pidió prudencia a quienes participen de esta expresión de fe:
“La peregrinación nocturna no está organizada, por eso pedimos a la gente que tenga cuidado. Nosotros estaremos toda la noche y todo el día recibiendo peregrinos, acompañando con bendiciones, confesiones y oración”.
El rector también destacó la belleza de los gestos de devoción que se viven a lo largo de la jornada:
“Es muy lindo ver llegar a los jinetes en la noche, cuando hacen pararse al caballo en dos patas para saludar a la Virgen. Durante el día llegan distintos grupos y tratamos de acompañarlos a todos”.
Caravana, misa y espectáculo central
Desde 1999, uno de los momentos más esperados es la tradicional caravana desde la parroquia María Auxiliadora, que partirá este año a las 17:00.
A las 20:00, en el Santuario, se celebrará la Misa principal de la Fiesta.
Más tarde, cuando caiga la noche, se presentará un espectáculo artístico especial en el marco del cierre del Año Jubilar de la Esperanza.
La puesta en escena incluirá actores, el ballet municipal y una obra escrita por adolescentes, creada especialmente para esta ocasión.
“Es una obra muy bonita, que nos ayuda a animarnos en la esperanza. Y culmina con la aparición de esa esperanza entre nosotros: el pesebre, la Navidad”, adelantó el rector.





