Nuestra Iglesia

La unidad lograda entre los cristianos es muy grande, aseguró el Papa

Francisco recibió a la Delegación Ecuménica de Finlandia, con motivo de la fiesta de San Enrique y recordó el valor de sumergirnos juntos "en las llagas de los necesitados".

El papa Francisco recibió hoy, 19 de enero, a una Delegación Ecuménica de Finlandia que llegó a Roma para celebrar la fiesta de San Enrique.

El Santo Padre aseguró que estaba feliz “de recibir representantes no solo luteranos y católicos, sino también ortodoxos y metodistas”, agradeció las cordiales palabras y las condolencias expresadas por el representante del grupo en relación con la muerte de Benedicto XVI.

En sus palabras a la delegación ecuménica de Finlandia el pontífice se refirió a la importancia de vivir plenamente el llamado común, compartido por todos los cristianos bautizados en Cristo, para trabajar incansablemente por la reconciliación y ser agentes de reconciliación en una guerra. mundo desgarrado.

El grupo está visitando Roma como parte de una peregrinación ecuménica habitual que celebra la Fiesta de San Enrique, un obispo de origen inglés martirizado en Finlandia, venerado tanto por católicos como por luteranos, así como por varias iglesias protestantes y la comunión anglicana.

Junto con miembros católicos y luteranos, la delegación también incluyó representantes ortodoxos y metodistas.

Promover la reconciliación entre cristianos y en un mundo dividido
Recordando la reciente celebración del Bautismo de Jesús, el 8 de enero, el Papa expresó que nuestro bautismo común en Cristo nos llama a promover la reconciliación entre los cristianos y en un mundo dividido.

“Habiendo recibido el único bautismo, nosotros, como creyentes, estamos llamados ante todo a dar gracias porque, a partir de las aguas del bautismo, nuestra misma existencia ha sido reconciliada con Dios, con los demás y con toda la creación. Como hijos e hijas reconciliados, estamos llamados a trabajar incansablemente por la reconciliación entre nosotros, y a ser agentes de reconciliación en nuestro mundo”.

Por otra parte, el Santo Padre resaltó que este aspecto es particularmente relevante ya que las Iglesias de todo el mundo celebran la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25 de enero, centrada este año en el tema: “Haz el bien; busca la justicia” (Is 1,17).

“En esas palabras -señaló- escuchamos un eco de nuestro bautismo, que nos llama, justificados por la gracia, a realizar obras de justicia y a ofrecer gestos concretos de cercanía a las víctimas de la injusticia, la marginación y las diversas formas de la opresión, especialmente la guerra.”

“Como testigos de la fe en Cristo, que se sumergió en la fragilidad de nuestra condición humana, tenemos el deber de sumergirnos en las llagas de todos los necesitados. Y hacer esto juntos”.

Siguiendo los pasos de san Enrique
Recordando a san Enrique como “testigo de la fe, mensajero de la esperanza e instrumento de la caridad”, el Papa insistió en la importancia de reconocer la grandeza de la unidad que compartimos, de orar juntos y trabajar intensamente para superar las divisiones y ser uno”. para que el mundo crea”.

Sin embargo, dijo, la conciencia de esta realidad no es suficiente. Necesitamos alimentar una pasión genuina que brote del “deseo de superar el contratestimonio dado por las divisiones históricas entre los cristianos que dañaron la unidad del Cuerpo de Cristo. Especialmente hoy -subrayó el Papa- necesitamos un celo ardiente por la evangelización y reiteró, por tanto, su llamado a “no cansarse nunca de amar y, en la esperanza, de buscar a los que están lejos” y a “alimentar un profundo y ardiente deseo de anunciar a Jesús y de construir la unidad que Él tanto desea”.

Para concluir, Francisco invitó a los presentes a rezar juntos el Padrenuestro que, “más que cualquier otra oración, manifiesta la realidad de nuestro bautismo”.

 

Fuente: AICA

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