“Un signo de esperanza, nacido en el corazón de la Iglesia de la periferia”. Así sintetiza el Padre Pepe Di Paola, presidente de la Federación Familia Grande Hogar de Cristo en Argentina, la experiencia de la peregrinación de la Virgen de Luján por todos los Centros Barriales que la institución gestiona en el país. Esta iniciativa, que inició el 7 de agosto y celebra los 15 años de la fundación de los Hogares, se extiende hasta el 13 de marzo de 2023. Una fecha muy significativa pues también conmemorarán el 10º aniversario del Pontificado de Francisco.
En diálogo con Vatican News, el cura villero recuerda el gran lanzamiento de esta “pere”, como le llaman cariñosamente a la peregrinación, que se desarrolló en el Luna Park de Buenos Aires. Los misioneros lo hacen con amor, transmitiendo su vivencia a otros hermanos. “Lo lindo es que siempre nos llamamos ‘Familia Grande’ y acá uno lo experimenta, porque va recorriendo los centros y en ese colectivo donde van los misioneros se van subiendo y van haciendo algún tramo otros, y así se va dando esa comunión tan fraterna que existe en el Hogar de Cristo”, añade.
Que el buen samaritano esté en el corazón de cada argentino
El lema de esta movida es “Ni un pibe menos por la droga” (es decir, “Ni un chico menos por la droga”) y está íntimamente relacionado con el trabajo de los Hogares de Cristo. En efecto, la Federación agrupa a los Centros Barriales que son espacios instalados en barrios populares o villas de emergencia y brindan una respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y/o consumos problemáticos de sustancias psicoactivas.
Desde estos centros se abren nuevas dispositivos de inclusión y de participación comunitaria, tales como las comunidades, granjas, cooperativas, Centros de Bajo Umbral, Hogar de Bajo Umbral, Casa de Medio Camino, Casas Amigables y la carpa solidaria.
Para el sacerdote argentino, el enunciado es “muy abarcativo” y cree que representa “un gran desafío, no solo para la Iglesia, sino para la sociedad porque nos interpela, nos hace pensar que todos podemos hacer algo”.
Las siete palabras que componen el lema no son, pues, un mero eslogan, ya que están en el centro de los desvelos de los Hogares. De hecho, en la misa de envío dejaron claro que quieren que la Argentina tenga la posibilidad de levantar aquellos chicos y chicas que están sumergidos en la droga. “Queremos, expresaba Di Paola en su homilía, que reciban esto que nos pedía Jesús: que el buen samaritano, aquel que levanta al que está caído, esté en el corazón de cada argentino”. Insistía, además, en el deseo de un país sin droga, lleno de esperanza para los jóvenes.