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La peregrinación nacional «María Reina de las Misiones» llega a la diócesis 

Desde el 15 hasta el 21 de junio visitará los tres departamentos de la diócesis del sur mendocino.

Con el fin de fomentar el espíritu misionero en cada cristiano, y finalizado el VI Congreso Misionero Nacional en el mes de octubre del año anterior , la imagen de María Reina de las Misiones comenzó en este año a visitar cada diócesis del pais, promoviendo el llamado a todo bautizado para la evangelización, especialmente el realizado desde las Obras Misionales Pontificia (O.M.P)

En nuestra diócesis, tendremos la visita desde el 15 al 21 de julio. «La imagen de María Reina de las Misiones, llegará a General Álvear, más precisamente a la Parroquia Sagrado Corazón, Parroquia San José y luego continuará a Malargüe para finalizar su visita en San Rafael», explicó el pbro. Fernando Arancibia, responsable de la Pastoral Misionera.

Además, el sacerdote invitó a sumarnos como diócesis ante esta peregrinación. «En cada parroquia y colegio que visite la imagen de María Reina de las Misiones, se realizarán actividades especiales, por eso les pedimos que se informen previamente con el párroco para poder participar y aprovechar la visita. También invitamos a las parroquias vecinas para que se sumen al templo más cercano donde estará la imagen peregrina».

Cronograma completo de la peregrinación en la diócesis

  • Sábado 15: Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, 20 hs.
  • Domingo 16: Parroquia San José, Gral Alvear. A las 8, 11 y 20 hs.
  • Lunes 17: Parroquia Nuestra Señora del Rosario, Malargüe, 19 hs.
  • Martes 18, Colegio San José, Parroquia Nuestra Señora del Carmen, Malargüe, a las 19:30 hs.
  • Miércoles 19, Colegio Santa Teresita del Niño Jesús, a las 9 hs.
  • Por la tarde visitará la Parroquia San Maximiliano Kolbe, a las 20hs.
  • Jueves 20, Parroquia Nuestra Señora de Luján, 20 hs.
  • Viernes 21, visitará la catedral, presente en la Santa Misa de 8 y 20 hs, esta última será presidida por Mons. Fray Carlos María Domínguez, obispo diocesano.

Historia de la advocación: El título «Reina de las Misiones»

El título de Reina se le da a María Santísima desde los primeros siglos como indicación de su preeminencia y poder que los recibe de aquel que es el Todopoderoso: Su Hijo, Jesucristo. A partir del siglo V, casi en el mismo período en que el Concilio de Éfeso proclama a la Virgen ‘Madre de Dios’, se comienza a atribuir a María el título de Reina (Juan Pablo II, Audiencia General del 23 de julio del 1997). En las Letanías Laurentanas (cuyo origen se suele situar hacia el año 1500 en el santuario Loreto) se ve asociado el título de Reina a otros secundarios como Reina de los Ángeles, de los Profetas, de los Apóstoles, etc. Como el vocablo “misiones” no es utilizado con el significado actual sino hasta después del siglo XVI, evidentemente no encontraremos el título “Reina de las Misiones” aplicado a María en los primeros tiempos de la Iglesia. Sin embargo, sí encontramos desde los primeros siglos el título “Reina de los Apóstoles” (no olvidar que hasta después del siglo XVI, el término “apóstol”, aparte de designar a los Doce, era utilizado entre otros, en el sentido que hoy damos al término “misionero”) que sería como decir hoy “Reina de los misioneros”.

El título “Reina de las Misiones” parece originarse en un momento muy posterior a esta fecha, recién en la primera mitad del siglo XX. En España, los Misioneros Vicencianos, editaron durante los años 1935 y 1956, una revista llamada «Reina de las Misiones», lo cual nos dice que ya en la década de 1930, se adjudicaba a María este título. Sin embargo, su incorporación al vocabulario magisterial es posterior. Tal es así que en las invocaciones finales a la virgen en los documentos misioneros modernos del siglo XX escritos por Benedicto XV (Maximum Illud, 1919), Pío XI (Rerum Ecclesiae, 1926) y Pío XII (Fidei Donum, 1957) se la menciona como “Reina de los Apóstoles”. Recién en la Exhortación Princeps Pastorum (Juan XXIII, 1959), se la invoca como “Reina de las Misiones”.

ORACIÓN A LA VIRGEN POR LAS MISIONES

María, Reina de las Misiones. Soberana del mundo entero. Virgen purísima escogida entre millares. Mírame con ojos piadosos postrado a tus sagrados pies para implorar de tu maternal ternura tu auxilio eficaz en favor de tantos infelices paganos. Están sumidos en la impiedad e idolatría y gimen y lloran envueltos en las garras del espíritu de las tinieblas. Mira como sus almas se precipitan en lo profundo del abismo.

¡Madre mía! No conocen a Jesús, tu Hijo divino. No saben que por salvarlos, derramó toda su sangre redentora. No saben que, por mejor esperarlos, sigue allí clavado, extendidos sus brazos divinos, abierto el costado y sangrando el Corazón, mientras les dice: «¡Vengan todos a mi Corazón!».

¡Reina y Madre mía! Ellos no saben de tus dolores. Si lo supieran, ¿cómo podrían permanecer impasibles ante tanta amargura? Intercede por ellos ante tu divino Hijo, y alcanza con tu inmenso poder que la luz del Evangelio se derrame por el mundo entero.

Que no haya religión, ni pueblo, ni hogar, ni siquiera un corazón que no adore a Cristo, fruto bendito de tus purísimas entrañas, y que no le honre como a su Rey y Señor.

Mírame, Madre adorada, Reina de las Misiones, postrado ante tus benditos pies. Y no te olvides también de mí. Miserable soy y pequeño, y no tengo otro refugio ni otra ayuda que la tuya.

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