Nuestra Iglesia

“Cada uno de nosotros es hermoso a los ojos de Dios, y Él nos ama”

“Vuestra casa se llama ‘Sonnenschein’, es decir, ‘el esplendor del sol’. Puedo imaginarme por qué los responsables eligieron este nombre”, dijo Francisco y respondió automáticamente: “Porque vuestra casa parece un magnífico prado de flores al sol, y las flores de esta casa sois vosotros! Dios creó el mundo con una gran variedad de flores de todos los colores. Cada flor tiene su propia belleza, que es única. Cada uno de nosotros es también hermoso a los ojos de Dios, y Él nos ama”.

Tras estas palabras, el Papa los invitó a dar las gracias a Dios por el regalo de la vida, por todas las criaturas, también dar gracias a papá y mamá, a sus familias y por sus amigos del Centro Sonnenschein: “Este decir ‘gracias’ a Dios es una hermosa oración. A Dios le gusta esta forma de rezar. Entonces también pueden añadir una pequeña pregunta: Buen Jesús, ¿podrías ayudar a mamá y papá en su trabajo? ¿Podrías darle un poco de consuelo a la abuela que está enferma? ¿Podría proveer a los niños de todo el mundo que no tienen comida? O: Jesús, por favor ayuda al Papa a guiar bien la Iglesia”. “Si lo pedís con fe, el Señor seguramente os escuchará”, dijo Francisco.

Finalmente, el Papa expresó su gratitud a los padres, a las personas que los acompañaron, a la Ministra y a todos los presentes: “Gracias por esta bella iniciativa y por su compromiso con los pequeños que le han sido confiados. ¡Todo lo que le han hecho a solo uno de estos pequeños, se lo han hecho a Jesús!”

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