Espiritualidad

5 oportunidades fantásticas que nos regala la Cuaresma… y que tal vez estamos desaprovechando

La Cuaresma es el tiempo del año que nos prepara para vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, el misterio de amor más grande que jamás hayamos conocido. Son 40 días en los cuales se nos invita a «convertirnos y creer en el Evangelio».

Un tiempo de arrepentimiento, conversión y perdón. Los católicos siempre hemos vivido estos días con un auténtico espíritu de renuncia y sacrificio, sabiendo que somos de Dios y hacia Él caminamos.

Por ello, quisiera proponerte 5 cosas que puedes hacer para vivir mejor este tiempo de Cuaresma. Todas incluyen una cita bíblica que puede motivarte a cumplir mejor el desafío. ¿Te animas a darlo todo en estos 40 días?

Comenzar a vivir la Cuaresma ofreciendo a Dios algún sacrificio

La Cuaresma es un tiempo especial para ofrecer a Dios algún sacrificio que nos recuerde que nuestra meta es el Cielo y que solo estamos de paso por este mundo. Es importante tener en cuenta que poco a poco se nos pegan criterios mundanos que nos van alejando paulatinamente de Dios.

Para combatir esto, debes detenerte y pensar cómo va la vida, reflexionar sobre tu conducta, en qué puedes mejorar. Al examinar tu vida encontrarás muchas cosas que ya están arraigadas y que quizá no son malas en sí, pero que el solo hecho de dejarlas por un tiempo podrían contribuir grandemente a tu cercanía con Dios.

Yo te invito a que al vivir esta Cuaresma ofrezcas a Dios dos tipos de sacrificios: uno físico, como podría ser el dejar de comer algo que te gusta (refresco, chocolate, golosinas, etc.) o practicar ejercicio físico diario; y uno espiritual, como es abstenerte de libros mundanos y las series de moda, o dejar la música que no te aporta nada positivo y los videojuegos que te quitan mucho tiempo.

Cada uno se conoce y sabe cuál es el mejor sacrificio que puede ofrecerle a Dios. Pero, cuidado, no debes olvidar que el sentido del sacrificio es para buscar una mayor unión con Dios y disponer mejor tu corazón para la Semana Santa. Dejar de hacer o comer algo sin motivos de fondo no te servirá de nada.

«Yo, en cambio, en tono de acción de gracias te ofreceré sacrificios y cumpliré los votos que te hice. ¡La salvación viene de Yahvé!» (Jonás 2:10)

Conquistar una virtud deseada

Si alguna vez has dicho: «me gustaría ser más positivo», «podría ser más paciente con mis compañeros», «quisiera ser más constante en mis determinaciones» o algo similar, debes saber que este tiempo es oportuno para conquistar esa virtud que tanto persigues, pero que a la vez tan difícil se te hace conseguir.

Un hábito se forma con la repetición de actos, es decir, de tantas veces que haces algo se te va formando una costumbre o hábito. A los hábitos buenos se les llama «virtudes» y a los hábitos malos «vicios».

Si te esfuerzas y pones atención en repetir mucho una acción buena, podrás formar una virtud. ¡No es tan difícil como parece! Por ejemplo: si te esfuerzas por apartar cada día un tiempo para orar, al final estarás formando la virtud de la piedad. O, si cada día haces lo que tienes que hacer, estarás formando la virtud de la responsabilidad; y así con aquello que necesites.

Ciertamente, la palabra virtud tiene otro significado mucho mayor en las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) que son dones de Dios, estas hay que pedirlas en la oración. Tú, por tu parte, concéntrate en aquellas que dependen de ti, las que puedes cambiar modificando tu rutina diaria. Esto será el inicio de tu conversión, de tu proceso de santidad personal que tanto desea Dios de ti.

«Pongan el mayor empeño en añadir a su fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad. Pues estas cosas, sí las tienen en abundancia, no los dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo» (2 Pedro 1:5-8)

Dejar un vicio arraigado

Ya hablé anteriormente de lo que es un hábito, ahora nos toca profundizar un poco más en lo que es un «vicio», es decir, un hábito malo. Todos tenemos algo que quisiéramos cambiar, una piedra en el camino con la que tropezamos constantemente, una forma de actuar que no nos gusta. Lo primero es identificar nuestros vicios y decidirnos a desarraigar uno solo de ellos.

Digo uno solo porque la experiencia nos enseña de que trabajar en quitarse muchos vicios a la vez es una pérdida de tiempo y esfuerzos. Es mejor centrarse en un solo punto hasta conseguirlo. Una vez identificado tu vicio, te invito a detectar las ocasiones que te llevan a realizarlo.

Por ejemplo: si te das cuenta de que tu vicio es jugar videojuegos hasta muy tarde, tiene que ver cuáles son las condiciones que te llevan a eso. Quizá tienes demasiado tiempo libre y no sabes en qué más emplearlo.

Sustituye ese tiempo libre buscando nuevas ocupaciones. Sal con amigos, pasea a tu mascota más seguido, conversar con tu familia, etc. y dejarás de jugar videojuegos hasta tarde.

Este tiempo de Cuaresma, si lo sabes aprovechar, será perfecto para dejar ese vicio que no te deja en paz. ¡Ánimo, manos a la obra!

«Si alguno se mantiene limpio de estas faltas, será un utensilio para uso noble, santificado y útil para su Dueño, dispuesto para toda obra buena. Huye de las pasiones juveniles. Persigue la justicia, la fe, la caridad, la paz, en unión de los que invocan al Señor con corazón puro» (2 Timoteo 2:21-22)

Fomentar la vida espiritual

vivir la cuaresma

Un principio clave en la fe católica dice: «el que no avanza en la vida espiritual, retrocede», y es que vamos contra corriente. Nuestra vida espiritual es un caminar constante, no importa si no corres, lo importante es que camines.

Siempre en movimiento. A la hora de detenerte, a la hora de dejar a un lado tu vida espiritual por otras cosas, en ese momento es cuando retrocedes.

La Cuaresma es el tiempo propicio para volver a Dios. Para profundizar en la oración personal, en la meditación de la mañana, en el Santo Rosario, en la práctica del Vía Crucis, en las visitas Eucarísticas, etc.

Además, es un tiempo para que vivas con mayor intensidad los sacramentos de la confesión y de la Eucaristía, y practiques la caridad con todos los que te rodean. Para ello es muy recomendable tener un cuaderno espiritual, donde escribas tus luchas y tus victorias, tus deseos y progresos en el campo espiritual, aquellos versículos bíblicos que te dan luz, etc.

Un cuaderno espiritual será siempre una muy buena ayuda para progresar en la unión con Dios y ver cómo te vas acercando cada vez más a Él. Allí estará tu historia personal de salvación.

«Acérquense a Dios y Él se acercará a ustedes» (Santiago 2:8)

Al vivir mejor esta Cuaresma verás una oportunidad de conocerte a ti mismo

vivir la cuaresma

Otra cosa que puedes hacer para aprovechar vivir mejor el tiempo de Cuaresma es conocerte a ti mismo. Quizá te parezca extraño que te hable de conocerte a ti, pero debes saber que esta es una de las ciencias más antiguas y más codiciadas de todas las culturas.

Los griegos creían que la mayor sabiduría en el hombre se encontraba resumida en esta frase: «γνῶθι σεαυτόν», en español, «conócete a ti mismo». Esta era la mayor de las victorias para un griego. Para conocerse a uno mismo necesitas practicar el examen de conciencia del que habla San Ignacio de Loyola.

Reservar unos minutos por la mañana, a mediodía y por la noche para, en un ambiente de oración, ver cómo ha estado tu día, cómo puedes mejorar, qué actitudes se alejan del ideal cristiano, etc.

Este examen te ayudará a darte cuenta cómo eres realmente y qué puedes cambiar. Otro medio que puedes utilizar es el tener un director espiritual que te ayude a ver cómo eres. O pregunta a tus amigos y familiares qué piensan de ti, quizá realizar algún test de personalidad.

Todo contribuirá a que te conozcas más y puedas sacar la mejor versión de ti mismo. Conocer tus límites, tus reacciones, tus sentimientos y emociones, tu forma de ver la vida, tus deseos y sueños, tus heridas y dolores, etc. será oro en tu vida. Algo muy valioso y la base de tu crecimiento espiritual y personal. ¡No tengas miedo a conocerte!

«¿Cómo es que miras la astilla que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: ‘Deja que te saque la astilla del ojo’, teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la astilla del ojo de tu hermano» (Mateo 7:3-5)

Espero que estas 5 cosas puedan ayudarte a vivir el tiempo de Cuaresma de una forma más cristiana. Sin duda que la centralidad de este período del año litúrgico es una invitación a convertir el corazón a Dios y acercarnos más a Él.

Por eso es importante que no pierdas de vista que, conociéndote a ti mismo y creciendo en santidad, estarás alegrando muchísimo el Corazón de Jesús.

Mucho ánimo en este desafío. Crece y ayuda a los demás a crecer en unión con Dios. Dios bendiga tu camino.

Fuente
https://catholic-link.com/
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