Sociedad

Un respiro para la creación: el reciclaje del aceite de cocina usado

La comunidad de Apucarana, en el norte del Estado de Paraná, Brasil, ha encontrado en la Oficina de Pastoral del Medio Ambiente de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, un aliado para gestionar mejor el material “desechable” producido en los hogares, llevando a cabo acciones anuales de recogida diferenciada de residuos. Es una gran preocupación para la “Ciudad Alta”, como se conoce a Apucarana, a 370 km de la capital Curitiba, ya que es una cuenca hidrográfica dividida entre tres cursos fluviales: el río Pirapó, que alimenta a la ciudad; el río Tibagi y el río Ivaí.

Los voluntarios recorren los barrios recogiendo tanto los residuos electrónicos como el aceite de cocina usado. La iniciativa forma parte de una serie de actividades de la iglesia local para responder al llamamiento del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común, contenido en la encíclica Laudato si’.

Incluida en lo que el Pontífice llama una “red de comunión y pertenencia” (148), Amauri Henrique Rosina es coordinador pastoral de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Fátima y animador de Laudato si’ del Movimiento Católico Mundial por el Clima. Dirige las acciones de la campaña en la ciudad para poner en práctica las exhortaciones del Papa a transformar el entorno en el que se vive, “modificando los efectos adversos de los condicionamientos y aprendiendo a orientar su existencia en medio del desorden y la precariedad” (148).

La recogida de aceite de cocina usado

En septiembre de 2020, por ejemplo, se instó a la comunidad a separar y desechar adecuadamente el aceite de cocina usado en botellas PET u otros recipientes, pero siempre bien cerrados: se recogieron más de 1.000 litros, evitando la contaminación de 1.000 millones de litros de agua. La eliminación inadecuada de este tipo de aceite, muy utilizado en hogares, bares y restaurantes, puede causar graves daños al medio ambiente. Los expertos desaconsejan desechar el producto en los fregaderos, desagües o canalones de las casas porque, además de dañar las tuberías de los hogares, se vierte en los ríos y en el suelo, contaminando el medio ambiente.

Ya en la campaña de 2019, los operarios habían notado que “la gente tenía mucho aceite usado y no sabía qué hacer con él”. Observamos que los contenedores estaban sucios y polvorientos, almacenados de seis meses a un año, y la gente dijo que no sabía cómo deshacerse de ellos. Ahora en la comunidad estamos creando el hábito del reciclaje, mediante el conocimiento adecuado, porque es un producto altamente contaminante y tóxico”, explica Amauri.

Los litros de aceite recogidos se envían siempre a una empresa autorizada que los filtra y los envía a una fábrica de jabón de la ciudad. Junto con la recogida de aceite, se distribuyeron decenas de plantas en el marco del proyecto: “¿Quieres aire limpio? Planta un árbol”, así como la instalación de 16 carteles que aconsejan a la gente no tirar la basura en lugares inapropiados. “Dios nos ha confiado la tarea de cultivar y cuidar su creación. Las acciones que llevamos a cabo pretenden hacer reflexionar a la comunidad”, añade el animador de Laudato si’.

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