
El Segundo Encuentro Internacional Economía de Francisco se realizó del 28 al 30 de noviembre en Roma y participaron más de 1.500 jóvenes de todo el mundo, entre ellos un grupo proveniente de la Argentina.
En este contexto, estudiantes, empresarios, investigadores y agentes de cambio de todas las latitudes tuvieron tres días de trabajo, intercambio y propuestas.
La Argentina dijo presente con un grupo de quince jóvenes de diversas áreas que desde hace tiempo coinciden en «La Economía de Francisco».
Evelyn Rivas, fue una de la jóvenes seleccionadas para contar su experiencia. Allí pudo compartir su trabajo: «Educación en contexto de encierro».
Evelyn está a cargo de la formación en la Unidad 40, donde los internos buscan herramientas, escucha y acompañamiento. Esta iniciativa forma parte del Proyecto Cien Asís, que ya había sido presentado ante el papa Francisco en 2022, en la ciudad de Asís.
León XIV: la economía no debe ser una máquina que produce
León XIV comenzó su misiva destacando la posición privilegiada de los jóvenes frente a las «cosas nuevas» que definen el futuro de la humanidad.
El encuentro, que tiene lugar «in gremio Ecclesiae», es decir, en el seno de la Iglesia, resalta su naturaleza generadora: «no sólo en el corazón, sino en el grembo (seno) de una Iglesia que, con la gracia de Dios, genera en la fe y en el amor».
El Obispo de Roma afirmó que la Economía de Francisco es la expresión de un camino que «fecunda el pensamiento y la iniciativa económica con la semilla del Evangelio», el cual «transfigura el trabajo humano y produce en nosotros cambios con los que entra en el mundo la vida en abundancia».
El pontífice recordó el coraje y la capacidad de los jóvenes para hacer «florecer incluso el desierto» a través de proyectos inspirados evangélicamente.
Con especial afecto, León XIV se refirió al papa Francisco, cuya partida se dio «en el día y con el aroma de la Pascua». Esta coincidencia, afirmó, compromete a los jóvenes a «custodiar creativamente su herencia» y a «organizar la esperanza» que este movimiento encendió.
El Papa hizo suyo el deseo de su predecesor, quien alentó a los jóvenes a que, en medio de ellos, naciera «un nuevo modo de estar juntos y de hacer economía que no produzca desechos sino bienestar material y espiritual».
«El llamado es claro: ‘¡Coraje, queridos amigos! ¡Coraje! Si son fieles a su vocación, su vida florecerá'», concluyó.




