
“Te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus [Christi] se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares”, dijo el Señor a Santa Margarita de Alacoque en junio de 1675 para, después, establecer una solemnísima promesa:
“También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute”.
En virtud de revelaciones como esta, de carácter privado, Santa Margarita se convertiría en la gran divulgadora de los mensajes del Sagrado Corazón de Jesús a la humanidad y en la principal promotora de la devoción que nació a partir de estos. Margarita de Alacoque estuvo acompañada en este santo propósito por su director espiritual, el sacerdote jesuita San Claudio de la Colombiere (1641-1682).
Posteriormente la Compañía de Jesús tomaría la posta en la difusión de la devoción al Corazón de Jesús, tarea que hizo posible que se hiciera muy popular entre los pueblos de América Latina.
En lo que concerniente al día en que se celebra al Sagrado Corazón en la actualidad, se ha convenido por razones pastorales al viernes siguiente al domingo del Corpus Christi o Corpus Domini.
Intervención del papado en los últimos siglos
El Beato Papa Pío IX, en 1856, fue quien estableció de manera oficial la fiesta del ‘Sacratísimo Corazón de Jesús’ para toda la Iglesia. En 1899, el Papa León XIII publicó la encíclica “Annum Sacrum” [el año santo] sobre la consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús, acto que se llevaría a cabo ese mismo año.
Asimismo, Pío XI, en 1928, escribió la “Miserentissimus Redemptor” [Redentor misericordioso], encíclica que versa sobre la reparación que todos los fieles deben al Sagrado Corazón de Jesús a causa de los pecados cometidos por el género humano. Por su parte, su sucesor, el Papa Pío XII, publicó en 1956 la encíclica “Haurietis Aquas” [“Beberéis las aguas…], cuyo texto sugiere los lineamientos propios del culto al Sagrado Corazón.
San Juan Pablo II, finalmente, estableció que en el día de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús se realice siempre la “Jornada Mundial de Oración por la santificación de los sacerdotes”.
Lo que dejó Francisco
Entre las últimas publicaciones del Papa Francisco está un bello texto dedicado al amor con el que Jesús nos ama. Se trata de la Carta Encíclica Dilexit nos [Él nos amó] sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo. Esta fue publicada en octubre de 2024. Haciendo honor a su formación dentro de la Compañía de Jesús, Francisco nos dejó un legado espiritual a todos aquellos que practican esta devoción. A continuación un elocuente fragmento en torno al amor al Sagrado Corazón:
«La devoción al Corazón de Cristo no es el culto a un órgano separado de la persona de Jesús. Lo que contemplamos y adoramos es a Jesucristo entero, el Hijo de Dios hecho hombre, representado en una imagen suya donde está destacado su corazón. En este caso se toma al corazón de carne como imagen o signo privilegiado del centro más íntimo del Hijo encarnado y de su amor a la vez divino y humano, porque más que cualquier otro miembro de su cuerpo es “signo o símbolo natural de su inmensa caridad”» (n.48) .
En el corazón de la Iglesia
Muchos grupos, movimientos, órdenes y congregaciones religiosas, desde hace siglos, se han puesto bajo la protección del Sagrado Corazón de Jesús. En Roma se encuentra la Basílica del “Sacro Cuore” [Sagrado Corazón] cuya construcción fue encargada a San Juan Bosco por el Papa León XIII. La realización de dicho proyecto fue posible gracias a las donaciones de los devotos alrededor del mundo.
¡Feliz día del Sagrado Corazón de Jesús!