“Llamamos a que se respete el orden constitucional y se busquen espacios de diálogo para solucionar los conflictos”. Esta es la exhortación de los obispos de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) en un comunicado publicado poco después de haber sido neutralizado el intento de golpe de Estado protagonizado por un sector de las Fuerzas Armadas que, bajo el mando del comandante general del Ejército, Juan José Zuñiga, tomó el Palacio de Gobierno.
“Frente a los acontecimientos suscitados el día de hoy, de la presencia militar en las inmediaciones del Palacio de Gobierno, repudiamos toda acción que perturbe la estabilidad democrática del país”, se lee en la nota de los obispos en la que además piden que la convivencia pacífica debe ser garantizada por toda institución pública.
El comunicado de la CEB concluye con una petición de los obispos a la Virgen, Reina de la Paz, para que interceda por los bolivianos y, en particular, por la situación social del país.
Golpe fallido
En horas de la tarde del miércoles 26 de junio varios tanques y militares fuertemente armados tomaron la Plaza Murillo, frente a la sede del Ejecutivo boliviano, guiados por el comandante general del Ejército, Juan José Zuñiga, con la intención de irrumpir en la sede de gobierno para – según dijo- “liberar a los presos políticos y restablecer la democracia”. Por su parte, el presidente de Bolivia, Luis Arce, quien se encontraba en el Palacio de Gobierno junto a varios ministros de su gabinete, tras advertir a través de las redes sociales sobre la insubordinación militar en acto, anunció el nombramiento del nuevo comandante general del ejército, general José Sánchez Velásquez, quien ordenó el regreso de las tropas a los cuarteles. Varios países, instituciones y la comunidad internacional, en general, manifestaron solidaridad y apoyo al actual al presidente y a todo el pueblo boliviano, exhortando a la estabilidad democrática y la paz.