Opinion

Aborto: El gobierno de los Fernández busca salir de una crisis sanitaria para introducirse en otra peor

Presume que tendrá el apoyo opositor en el Congreso. En la peor crisis sanitaria y económica de la historia argentina tras la cuarentena por el coronavirus, el presidente Alberto Fernández enviará al Congreso a mediados de este mes de noviembre el proyecto de ley para legalizar el aborto irrestricto. Tiene el objetivo de levantar una bandera progresista para recuperar terreno perdido en el electorado más ideologizado que milita con fuerte activismo político el proyecto que fue rechazado por el Senado el 9 de agosto de 2018.

La primera paradoja consiste en que buscará para ello el imprescindible apoyo de varios diputados y senadores de Juntos por el Cambio y de partidos independientes. Si bien éstos no apoyan el rumbo general de Alberto y Cristina Kirchner, algunos de ellos son abortistas y podrían votar la ley. Pese a lo inoportuno del debate, ayudarían así al Presidente a lograr el rédito político para salvar el año y posicionarse para las elecciones de 2021 ante su núcleo duro progre, con el cual se siente en deuda.

¿Los senadores verdes opositores como Martín Lousteau, Guadalupe Tagliaferri, Humberto Schiavoni o Gladys González considerarán prioritario el debate del aborto antes que la búsqueda de soluciones económicas o sanitarias en plena pandemia irresuelta del Covid? ¿Si la reforma judicial o el voto a Daniel Rafecas no era prioritario ante la crisis monumental, sí lo será el aborto pese a la debacle económica de 52% de pobreza e indigenicia, 60% de niños pobres, 13,1% de desempleo, la caída de 3,7 millones de empleos, el cierre de empresas y la emigración de jóvenes de la Argentina hacia otros países?

El Presidente no pudo hasta ahora mostrar logros económicos ni políticos ante el electorado de centroizquierda y cuenta con sus opositores para lograrlo.

Las penurias de la recesión, el desempleo, la inflación y el récord de contagios y fallecidos por Covid le causaron a Alberto un fuerte desgaste político que quiere revertir. El proyecto abortista, presume, le ofrece una oportunidad, y lo justificará diciendo que el Gobierno ya consiguió la vacuna y el fantasma del Covid se disipa. Y con ello, vendrá el rebote de la economía en 2021 para ganar las elecciones.

Otra paradoja consiste en que Alberto quiera salvar el final del año con un proyecto que antepone la economía y la supuesta libertad de las personas por sobre la vida humana, pese a que durante todo el año el Presidente justificó la cuarentena eterna y las restricciones salvajes en que privilegiaría la vida humana por sobre la economía y la libertad de circulación y de trabajar.

El aborto lo coloca frente a una contradicción fundamental en su planteo: si pudo paralizar a un país entero por una pandemia, y provocar el cierre de 60.000 Pymes y la destrucción de 3,7 millones de empleos, entre otras cosas, ¿Cuáles son las penurias económicas personales o el ejercicio de libertad de una persona que justifican y hacen imprescindible la eliminación de la vida de un niño en el vientre materno cuando él mismo dice que primero está la vida y después la economía?

El Presidente quiere terminar el año discutiendo el aborto en sesiones extraordinarias, lo cual obligaría a modificar otra vez todo el sistema de salud tanto nacional como de las provincias, que están en situación precaria, e inyectar miles de millones de pesos en nuevos tratamientos, internaciones, terapias intensivas. Y lo hace luego de haber gastado más de 3 billones de pesos en una pandemia y una cuarentena en la que obtuvo resultados desastrosos para el país, como los que siguen:

*Luego de una cuarentena fulminante para la economía, quedamos en el puesto 11° en fallecimientos por millón de habitantes, con 766 muertes por millón, sobre 215 países del mundo. Superamos a Estados Unidos que está 12° con 748 muertes por millón y que no hizo cuarentena, y cuyo presidente Donald Trump perdió las elecciones por el mal manejo de la pandemia del Covid 19.

*Quedamos en el puesto 11° en fallecidos totales con 33.907, muy cerca de Perú, Irán y España.

*Puesto 7° sobre casos de contagios totales, con 1.250.499, por encima del Reino Unido y a punto de alcanzar a España y a Rusia.

*Puesto 19° en casos totales por millón de habitantes 28.248, teniendo en cuenta que antes que Argentina hay países como Andorra o San Marino en esa lista.

*Puesto 36° en testeos totales de coronavirus, con 3.258.221 pruebas PCR.

*Puesto 113° en testeos por millón de habitantes, con 71.855.

Si la Argentina no pudo montar una logística de testeos, y tiene por delante la logística de la vacunación para 2021, ¿Cómo hará para enfocarse y destinar más recursos en la adecuación de camas y quirófanos para abortos? Los gobernadores de las provincias se las verán en figurillas.

Pero pese a aquellos desalentadores antecedentes del manejo de la pandemia, el presidente Alberto Fernández huye hacia adelante y ahora se propone poner a punto el sistema de salud para garantizar el aborto legal.

Causa asombro el orden de prioridades del Gobierno. En lugar de convocar a un gran acuerdo económico y social en este diciembre con todas las fuerzas políticas, económicas y sociales para garantizar la paz social de fin de año y revertir la crisis por el cierre masivo de 60.000 Pymes y la fenomenal crisis de productividad de la Argentina, el Presidente consideró más prioritario cumplir con una promesa de campaña a los verdes que podría generar divisiones, marchas callejeras y amenazar la paz social y contribuir a una nueva grieta como le pasó a Mauricio Macri durante todo el año 2018. Justo lo que el país no necesita.

Pero al parecer consideró que el aborto, que traerá una guerra de marchas callejeras entre celestes y verdes, y una profunda división social, era más urgente que enfocarse a resolver la pérdida de 3,7 millones de puestos de trabajos en 2020, un desempleo total del 13,1% medido por el Indec, una suba a 41% de pobreza, al 11% de indigencia, el aumento a 28 millones de planes sociales y cheques del Estado, la galopante inflación, la emisión monetaria y la corrida cambiaria que disparó al dólar.

Pese a que incrementó el gasto público en más de 3 billones de pesos, salidos de la emisión monetaria para atender a los contagiados por la pandemia, al sistema sanitario y a las víctimas de la parálisis económica y social surgida de una cuarentena mortífera para la economía, el Gobierno quiere agregar nuevos gastos al Ministerio de Salud y a las provincias exhaustas para adaptar el sistema de salud a una campaña de abortos masivos que requerirán internaciones y atenciones de urgencia.

En ese contexto complejo deberá negociar con el Fondo Monetario Internacional un ajuste que los kirchneristas llamarían salvaje para llevar el déficit de 7% del PBI en 2020 a menos de 4 puntos como pretenden los enviados del Fondo. Es decir, deberá aumentar los gastos sanitarios por aborto en medio de un plan de austeridad riguroso que incluirá una reforma previsional para bajar el gasto en jubilaciones, subas de tarifas para recortar subsidios y eliminación progresiva del IFE y del ATP. Más dinero para el aborto y menos para las asignaciones sociales.

Es probable que el FMI le imponga como requisito para el acuerdo de facilidades extendidas la aprobación de la ley del aborto como herramienta de ajuste poblacional y de gastos sociales y subsidios por desempleo a futuro. Es la agenda de los grandes organismos internacionales como las Naciones Unidas y el Banco Mundial.

Pero esos miles de argentinos que no nacerán desfinanciarán en un futuro el sistema previsional como ocurre en los principales países de Europa. El papa Francisco, que ayudó al Gobierno en el acuerdo con los bonistas privados, quedaría desairado con este desplante del Presidente que pondrá en la agenda el tema más hiriente para la Iglesia.

En resumidas cuentas, el gobierno de los Fernández busca salir de una crisis sanitaria para introducirse en otra peor, la de la eliminación de las miles de vida por nacer, que nunca verán la luz. Y lo haría con la colaboración de legisladores de la oposición que han sido muy críticos del manejo sanitario de la pandemia y de la economía.

Con el aborto como regalo de Navidad de un año terrible para los argentinos, miles de parejas que están en las listas de espera para adoptar bebés y no encuentran niños recién nacidos, incrementarán sus esperas mucho más tiempo. Haciendo caso omiso de las enseñanzas de Perón y Evita en favor de la vida desde la concepción (“Los únicos privilegiados serán los niños”), el Gobierno garantizará ahora la eliminación de miles de vidas humanas pese a que miles de padres y madres esperan con los brazos abiertos a esos bebes para darles su vida y todo lo que necesitan para su felicidad.

El sistema de adopción en la Argentina no funciona. Pero en lugar de mejorarlo como era en tiempos no muy lejanos, para garantizar la paternidad y ayudar a los bebes a conseguir una familia, el Gobierno no encuentra ningún interés en esa discusión que permitiría a los niños no deseados vivir, gozar de su libertad, realizar su felicidad y disfrutar del primer derecho humano, que es la vida.

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