Vaticano

Vaticano: No al diaconado femenino, aunque la sentencia no es definitiva

La comisión encabezada por el Card. Petrocchi publicó un informe que descarta la posibilidad de admitir mujeres al diaconado, entendido como un grado del sacramento del Orden. Sentencia no definitiva.

Una comisión encabezada por el cardenal Giuseppe Petrocchi publicó un informe que descarta la posibilidad de admitir mujeres al diaconado, entendido como un grado del sacramento del Orden. Sin embargo, el documento enfatiza que no se puede emitir una decisión definitiva en esta etapa. Al mismo tiempo, la comisión allana el camino para el establecimiento de nuevos ministerios que fomenten la colaboración entre mujeres y hombres.

Basándose en la investigación histórica y los análisis teológicos disponibles, considerados en conjunto, la comisión concluye que el estado actual de conocimiento no permite la admisión de mujeres al diaconado, entendido como un grado del sacramento del Orden. Esta evaluación, basada en la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio, es firme, si bien la comisión señala que, en esta etapa, aún no se puede emitir un juicio definitivo, como ocurrió con la ordenación sacerdotal.

Estas son las conclusiones de la segunda comisión nombrada por el papa Francisco, encabezada por el cardenal Giuseppe Petrocchi, arzobispo emérito de L’Aquila, encargada de examinar la posibilidad de admitir a las mujeres al diaconado sacramental. La comisión concluyó sus trabajos en febrero de este año.

Esta información está contenida en un informe de siete páginas que el cardenal entregó al papa León XIV el 18 de septiembre y que, por voluntad del Santo Padre, ahora se ha hecho público.

En su primera sesión, en 2021, la comisión determinó que, a lo largo de la historia de la Iglesia -en diversas épocas y contextos-, el título de «diácono» o «diaconisa» parecía referirse a las mujeres, pero su significado no era uniforme. Ese mismo año, también se reconoció por unanimidad que la profundización sistemática de la teología del diaconado en la doctrina del sacramento del Orden plantea serias dudas sobre la compatibilidad de la posible admisión de mujeres al diaconado sacramental con la doctrina católica sobre el ministerio ordenado. Al mismo tiempo, la comisión abogó unánimemente por el establecimiento de nuevos ministerios que pudieran fomentar una mayor cooperación y complementariedad entre mujeres y hombres en la vida de la Iglesia.

En su segunda sesión, celebrada en julio de 2022, la comisión, por siete votos a favor y uno en contra, adoptó una declaración que enfatiza que el estado actual de la investigación histórica y teológica no permite iniciar un proceso para admitir a las mujeres al diaconado como un grado del sacramento del orden sagrado. Al mismo tiempo, se señaló que aún no era posible emitir un fallo definitivo.

En su última sesión, en febrero de 2025, tras permitir, a sugerencia del Sínodo, que personas y grupos interesados ??presentaran opiniones y análisis, la comisión analizó todo el material recopilado. Si bien se recibieron numerosas contribuciones, estas provenían de tan solo veintidós autores que representaban a un número reducido de países. Por lo tanto, a pesar de la abundancia y, en algunos casos, del alto nivel de argumentación, las contribuciones recopiladas no pueden considerarse una expresión representativa del Sínodo, y mucho menos la voz de todo el Pueblo de Dios.

El informe también presentó argumentos de ambas partes. Quienes apoyan la admisión de las mujeres al diaconado sacramental enfatizaron, entre otras cosas, que la tradición de la Iglesia, que reserva el diaconado (así como el sacerdocio y el episcopado) exclusivamente a los hombres, puede percibirse como difícil de conciliar con la verdad bíblica de la igual dignidad de mujeres y hombres creados a imagen de Dios, con la enseñanza de la unidad fundamental de los bautizados en Cristo, y con el desarrollo social, que presupone la igualdad de acceso de mujeres y hombres a las funciones institucionales.

Los opositores, por otro lado, sostuvieron que el género masculino de Cristo, y por lo tanto la masculinidad de quienes reciben el sacramento del Orden Sagrado, no es accidental, sino que constituye parte integral de la identidad sacramental, preservando el orden de salvación establecido en Cristo. Un cambio en este sentido, en su opinión, sería menos una corrección de la práctica que una interferencia con el significado teológico de la salvación nupcial. Este pasaje se sometió a votación: cinco miembros votaron a favor de mantenerlo en su forma actual y cinco a favor de eliminarlo.

Con nueve votos a favor y uno en contra, la comisión expresó su deseo de ampliar el acceso de las mujeres a los ministerios establecidos al servicio de la comunidad, para que su diaconado, arraigado en el sacramento del bautismo, reciba el reconocimiento adecuado en la Iglesia. También enfatizó que dicho reconocimiento podría tener una dimensión profética, especialmente en lugares donde las mujeres aún sufren diversas formas de discriminación de género.

En sus conclusiones, el cardenal Petrocchi enfatiza que existe una intensa dialéctica entre dos orientaciones teológicas. La primera afirma que la ordenación diaconal se confiere para el ministerio, no para el sacerdocio: «Este aspecto abriría el camino a la ordenación de diaconisas».

La segunda, en cambio, enfatiza «la unidad del sacramento del Orden Sagrado, con el significado nupcial de los tres grados que lo constituyen, y rechaza la hipótesis de un diaconado femenino; señala además que si se aprobara la admisión de mujeres al primer grado del Orden Sagrado, su exclusión de los demás sería inexplicable».

Por ello -como señala el cardenal- para una ulterior investigación es necesario realizar «un profundo y amplio estudio crítico del diaconado mismo, es decir, de su identidad sacramental y de su misión eclesial, con la aclaración de algunos aspectos estructurales y pastorales actualmente no plenamente definidos».

El cardenal Petrocchi destaca también la variada situación de la Iglesia universal: hay continentes donde el ministerio diaconal está «casi ausente», y otros donde funciona, pero a menudo en formas «que se superponen con los roles propios de los ministerios laicos o de los monaguillos en la liturgia».

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