En un hecho histórico para la Curia Romana, el Papa Francisco nombró a Sor Simona Brambilla, ex superiora general en Italia de las Misioneras de la Consolata, como la primera mujer en dirigir la Vida Consagrada de la Iglesia Católica.
La hermana Brambilla, que cumplirá 60 años el 27 de marzo de 2025, fue nombrada por el Santo Padre como Prefecto del Dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, área del Vaticano de la que fue secretaria a partir del 7 de octubre de 2023 a la fecha.
A la par, el Papa Francisco designó como pro-prefecto del Dicasterio al Cardenal Ángel Fernández Artime, de 65 años, quien durante 10 años fue rector mayor de la Congregación de los Salesianos de Don Bosco, una de las mayores congregaciones religiosas masculinas, con unos 10,000 sacerdotes y 1,800 parroquias ubicadas en 133 países.
¿Quién es Simona Brambilla, la nueva Prefecto del Dicasterio para la Vida Consagrada del Vaticano?
Sor Simona Brambilla, nació el 27 de marzo de 1965, fue superiora general en Italia de las Misioneras de la Consolata; el 7 de octubre de 2023 fue nombrada por el Papa Francisco como secretaria del Dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
La hermana Brambilla, designada como la primera Prefecto del Vaticano para la Vida Consagrada, cuenta en su currículum con la experiencia misionera en Mozambique tras obtener el diploma profesional de enfermería y entrar en el Instituto de las Hermanas Misioneras de la Consolata, que dirigió desde 2011 hasta 2023.
El 13 de diciembre de 2024, fue nombrada por el Santo Padre como miembro del Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo, área responsable de la preparación y realización de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
Será la primera mujer del Dicasterio para la Vida Consagrada
La designación de Sor Simona Brambilla como Prefecto la convierte en la mujer número uno en el Dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica en la Iglesia Católica a nivel mundial, sin que se le haya otorgado un nombramiento especial, señaló el padre José María Romero, Vicario para la Vida Consagrada de la Arquidiócesis Primada de México.
“Entonces lo que hace el Papa, por lo menos en esta figura de Simona Brambilla, obviamente no es que le da ningún título, ningún papel similar al de un obispo u otro, sino que más bien lo que el Papa hace es otorgar facultades especiales a una mujer para que ejerza el gobierno ordinario de un Dicasterio”, indicó.
¿Cuál es la tarea que realizará la Prefecto Simona Brambilla?
De acuerdo a lo que establece el Reglamento de la Curia Romana, explicó el padre José María, la función principal que llevará a cabo la nueva Prefecto del Dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica es:
“Promover y moderar en toda la Iglesia Latina la praxis de los consejos evangélicos, conforme se ejerce en las formas aprobadas de vida consagrada, y al mismo tiempo el dinamismo de las sociedades de vida apostólica para poder promover y moderar la práctica de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, que son los que profesamos los religiosos, y se le dan funciones específicas para poder lograr este objetivo.
“El dicasterio trabaja para que los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica progresen en el seguimiento de Cristo propuesto por el Evangelio, según el carisma propio nacido del espíritu del fundador y las sanas tradiciones, tiendan fielmente hacia las finalidades propias y contribuyan realmente a la edificación de la Iglesia y a su misión en el mundo”, señaló.
Es un reconocimiento del Papa a la figura de la mujer en la Iglesia
En entrevista con Desde la fe, el Vicario para la Vida Consagrada de la Arquidiócesis de México aseguró que la designación de Sor Simona como Prefecto es, por una parte, un reconocimiento de parte del Papa Francisco a la figura de la mujer y al papel que juega en la Iglesia católica.
“Y, por otra parte, muy seguramente este nombramiento responde a las orientaciones de la Iglesia, de manera especial reflexionadas en el último Sínodo de la Sinodalidad, donde uno de los puntos de reflexión justamente era el que las mujeres ocuparan oficios de gobierno en la Iglesia; es como darle actuación a toda esta toma de conciencia que hizo de que las mujeres también pueden ayudar en el gobierno de la Iglesia Católica”, destacó el padre Romero.
“El impacto para la Iglesia y para la vida consagrada”, subrayó, “será de alegría al ver que la Iglesia reconoce la tarea de las mujeres consagradas, que son mujeres que se dedican a tiempo pleno a este servicio y que son mujeres formadas en la iglesia, con licenciaturas, con maestrías, con doctorados, es un reconocimiento de cómo tiene que ser valorado el servicio que ellas realizan”.