
El Papa Francisco destaca que el sexto Congreso Americano Misionero (CAM6), en curso en Ponce, Puerto Rico, del 19 al 24 de noviembre, se celebre en el año que él ha querido dedicar a la oración, como preparación para el Jubileo de 2025.
En un mensaje enviado al Cardenal Baltazar Porras, Arzobispo emérito de Caracas (Venezuela) y Legado Pontificio en el evento, y a todos los asistentes, el Obispo de Roma puntualiza que “no podemos dar lo que no tenemos, no podemos expresar lo que no hemos vivido, lo que no hemos vivido, lo que no han visto nuestros ojos ni han tocado nuestras manos”.
El Pontífice asegura que “el fundamento de la misión es la experiencia de Dios, el encuentro enamorado con Jesús, Él nos revela la ‘Buena Nueva’, nos muestra al Padre”. Asimismo, especifica que “ejemplo de esta maravilla son tantos misioneros que, con palabras y obras, lo han anunciado”.
El Sucesor de Pedro subraya la importancia de «ver a Dios, verlo en el mundo, en el hermano, tener ojos «cristificados» y con ellos una mirada compasiva, acogedora, misericordiosa». Enseguida, cita un himno de la Liturgia de las Horas y alude a «una mirada que transmita la alegría que desborda nuestro corazón».
El gozo del Espíritu es expansivo
El Santo Padre precisa que «el Espíritu Santo obra en nosotros esta maravilla y pone en nosotros las palabras que dirigir a Dios (Rm 8,14) y a los hombres (Mt 10,19)». Por consiguiente, desde los albores de la Iglesia, «junto a María, los discípulos en el cenáculo, en asamblea, lo primero que hacen es invocar al Espíritu. A través de su fuerza vivificante podemos trasmitir el mensaje en cualquier lengua, sí, porque la Iglesia las habla todas, pero, sobre todo, porque siempre habla con un mismo lenguaje».
Oyendo a Dios y a los hermanos, el Papa especifica que «podemos percibir cómo a veces su imagen está empañada ante nuestros ojos cansados y pareciera que nos faltan las fuerzas para caminar». Para el Pontífice, «no debemos abandonar nuestra oración, pidiendo incesantemente al Padre que derrame su Amor, su Espíritu vivificante, para que renueve la faz de esta tierra lastimada por nuestras injusticias y el sufrimiento que hemos provocado».
La Santísima Virgen María, modelo de evangelización
En la memoria de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María en el templo, Francisco escribe que la Santísima, «se presenta como esa arca de la Alianza, ese primer Sagrario que, recibiendo a Jesús, se pone en camino, en el servicio».
Ella es modelo de evangelización para ofrecer a Cristo a toda la humanidad, porque en la oración «conservaba estas cosas en su corazón». A su vez, «en la asamblea de los creyentes invoca el don del Espíritu Santo para la Iglesia. Imitando su ejemplo de entrega y sostenidos por su cuidado maternal y providente, seamos siempre sus discípulos misioneros hasta los confines de la tierra».
«Que ella los cuide y Jesús los bendiga siempre», concluye el Papa en su carta.