El Papa Francisco se dirigió el sábado a los miembros de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos (OFMCap) reunidos en Roma para su 86º Capítulo General.
Bajo el lema: «El Señor me dio hermanos para ir al mundo«, unos 200 frailes, entre provinciales, custodios y delegados de más de 100 países, hacen un balance del sexenio transcurrido, con sus desafíos y oportunidades, y discuten las líneas maestras para el próximo sexenio. El Capítulo, que se desarrollará hasta el 15 de septiembre, elegirá también al sucesor del hermano Roberto Genuin como ministro general de la Orden y a los nuevos miembros del Consejo.
Al discernir el futuro de su ministerio, el Santo Padre invitó a los frailes capuchinos a tener presentes tres dimensiones claves de la espiritualidad franciscana: la fraternidad, la disposición a servir a los demás y el compromiso con la paz.
Fraternidad
ecordó que, según el carisma de San Francisco de Asís, su misión tiene su raíz y surge de la fraternidad comunitaria. En el centro de este carisma, dijo, «hay una ‘mística de la colaboración’, en la que nadie, en el plan de Dios, puede considerarse una isla, sino que cada uno está en relación con los demás para crecer en el amor, saliendo de sí mismo y haciendo de la propia singularidad un don para los demás».
Por eso, subrayó que el objetivo no debe ser optimizar recursos o preservar estructuras, sino fomentar relaciones profundas, genuinas y basadas en la fe. La fraternidad debe ser el tema central de su formación y de su vida cotidiana, incluso si eso significa sacrificar otros proyectos, afirmó el Papa.
«Un fraile capuchino que no transforma su singularidad en don para sus hermanos, ¡todavía no ha comenzado a ser capuchino!»
