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«La noche transcurrió tranquilamente, el Papa descansó», escribió la Oficina de Prensa de la Santa Sede en su cuenta Telegram en la mañana del domingo 23 de febrero. No obstante, su estado sigue siendo crítico.
El sábado por la tarde, la Oficina de Prensa de la Santa Sede emitió la siguiente actualización: «La condición del Santo Padre continúa siendo crítica, por lo tanto, como se explicó ayer, Francisco no está fuera de peligro. Esta mañana, el pontífice sufrió una crisis respiratoria asmática prolongada, que requirió también la aplicación de oxígeno de alto flujo».
Además, los análisis de sangre también revelaron «trombocitopenia (falta de plaquetas en la sangre, nota del editor), asociada a anemia», que requirió la administración de transfusiones de sangre. El sucesor de Pedro permanece alerta y ha pasado el sábado en un sillón, «aunque sufre más que ayer». «Por el momento, el pronóstico es reservado», afirmó el Vaticano.