«Ayúdame, por favor, a dar a conocer al mundo el Corazón de Jesús, a través de la compasión por esta tierra herida. Ayúdame, con la comunicación, a que el mundo, ‘que sobrevive entre guerras, desequilibrios socioeconómicos, consumismo y uso antihumano de la tecnología, pueda recuperar lo más importante y necesario: el corazón’, dijo el Papa, esta mañana, a los participantes en la asamblea plenaria del Dicasterio para la Comunicación, a los que recibió en audiencia.
En su discurso ante el Dicasterio para la Comunicación, la organización que agrupa a todos los medios de comunicación del Vaticano, Francisco partió de la «armadura de Dios» -de la que se habla en la primera lectura de la liturgia de hoy, tomada del capítulo sexto de la Carta a los Efesios-, a la que san Pablo le da atributos para resistir el mal: «Estén, pues, firmes, ceñidos sus lomos con la verdad, vestidos con la coraza de justicia, calzados los pies con prontitud para el Evangelio de la paz. (Efesios 6, 14-15)».
«Esa también podría ser la marca de un buen comunicador, ¿no crees?», preguntó Francisco a los periodistas presentes, considerando que ese «armamento» debería caracterizar también a los comunicadores vaticanos: «Sobre todo como comunicadores, están llamados a tejer la comunidad eclesial con la verdad en la cintura, la justicia como armadura y los pies calzados para difundir el Evangelio de la paz».
Construyendo puentes, yendo hacia los bordes
Esta comunicación trata de «construir puentes donde tantos construyen muros; fomentar una comunidad donde tantas divisiones se profundizan; comprometernos con los dramas de nuestro tiempo, cuando tantos prefieren la indiferencia», dijo el Papa.
Los comunicadores de la iglesia deben ser «creativos», comunicar desde el corazón y utilizar los medios y la tecnología «inteligentemente». Con este espíritu, Francisco pidió a sus periodistas que lo ayudaran a difundir la Buena Nueva al mundo.
En su servicio como embajadores de la verdad, la justicia y la paz, subrayó también que no deben olvidar su afiliación eclesiástica: «Si pensáramos y actuáramos según categorías políticas o empresariales, no seríamos la Iglesia. Si aplicáramos criterios laicos o redujéramos nuestras estructuras a la burocracia, no seríamos la Iglesia. ¡Eso no es posible!», advirtió Francisco.
Francisco tiene un sueño: «De corazón a corazón»
«Sueño con una comunicación que pueda conectar personas y culturas. Sueño con una comunicación capaz de contar y valorizar historias y testimonios que suceden en todos los rincones del mundo, difundirlos y ofrecerlos a todos», le expresó Francisco a su Dicasterio de Comunicación.
Y continuó: «Sueño con una comunicación de corazón a corazón, con dejarnos tocar por lo humano, con dejarnos tocar por los dramas que viven tantos de nuestros hermanos y hermanas. Sueño con una comunicación que eduque a las personas a renunciar a un poco de sí mismas para dejar espacio al otro; una comunicación apasionada, curiosa y competente, que sepa profundizar en la realidad para contarla».
«El Evangelio es una historia de encuentros, gestos, miradas y diálogos en la calle y en la mesa», afirmó el Papa, quien habló de una «belleza en los encuentros con la samaritana, con Nicodemo, con la adúltera, con el ciego Bartimeo».
Como Jesús, los periodistas católicos deberían prestar especial atención a las historias de los últimos, los pobres, los inmigrantes y las víctimas de la guerra, y contarlas de forma auténtica y sin «slogans». Su trabajo debe contribuir a la inclusión, el diálogo y la paz. Por ejemplo, a través de informes sobre los esfuerzos de paz en todo el mundo. «¡Qué urgente es dar espacio a los pacificadores!», exclamó.
«No se cansen de contar sus testimonios, en todas partes del mundo. El mundo está siendo sacudido por una «violencia terrible», señaló Francisco, pero los cristianos sacan esperanza de «muchas historias de bien, pequeñas y grandes».
Políticas de austeridad
Francisco invitó a su dicasterio a «salir más, atreverse más, arriesgar más. No se trata de difundir ideas propias, sino de contar la realidad con honestidad y pasión».
El Papa animó a sus periodistas a probar cosas nuevas, sin miedo, y se refirió a los «nuevos lenguajes» y las «nuevas formas» en el espacio digital. Es importante también implementar el estilo sinodal en el ámbito de la comunicación, que también fue el tema de la asamblea plenaria del Dicasterio en los últimos días.
«Todo esto debería ser posible sin necesidad de utilizar más dinero», dejó en claro el Santo Padre, y anunció nuevas medidas de austeridad, que podrían preocupar especialmente a las unidades de trabajo que ya sufrieron recortes.
«Tenemos que ser un poco más disciplinados con el dinero. Deben encontrar la manera de ahorrar más y buscar otros medios, porque la Santa Sede ya no se puede ayudar como antes. Sé que son malas noticias, pero son buenas porque estimulan la creatividad de todos ustedes», advirtió.
El Obispo de Roma reconoció explícitamente los esfuerzos del Dicasterio para ampliar la gama lingüística de los medios de comunicación vaticanos, a pesar de la política de austeridad mencionada: recientemente, se añadieron el lingala, el mongol y el kannada a los más de 50 idiomas que ya se venían empleando. También expresó su agradecimiento por el gran compromiso que asumirá el aparato de comunicación vaticano en el Año Santo 2025. Gracias a los medios vaticanos, muchas personas que no podrán viajar también podrán participar de los festejos del Jubileo a la distancia.
El gran servicio de Gloria Fontana
Durante la audiencia, Francisco también le rindió homenaje a Gloria Fontana, empleada de Radio Vaticano, que se jubila este jueves 31 después de casi medio siglo (48 años de servicio): «Vino el día de su primera comunión», bromeó el Papa. «En secreto, prestó un gran servicio al dedicarse a transcribir los discursos del Papa», concluyó.