Nuestra Iglesia

“Que los ramos que hoy recibimos nos recuerden todo el año el deseo de seguirlo a Jesús”

“Iniciamos esta Semana Santa muy especial. El año pasado el Pueblo de Dios no pudo participar de los misterios centrales de nuestra fe que conmemoramos esta Semana Santa. Este año la hacemos con restricciones, por cuidar nuestra salud. Por eso no hacemos la procesión y hacemos esta entrada solemne y bendición de ramos”, explicó Monseñor Eduardo María Taussig.

Sin embargo, el obispo afirmó que lo central “es que nos disponemos a acompañar a Jesús hacia el momento más importante de su vida, su entrega de amor en la cruz. Durante toda la vida pública Jesús había evitado las multitudes que lo aclamaran pero consiente de que se acerca el momento de mostrar que es el Rey, el Mesías permite el homenaje que el pueblo sencillo le brinda, con sus mantos, con sus ramos, olivos; y Él va hacía el trono de la cruz, montado en un asno”.

Con ello, Jesús nos muestra “esa disposición que Él tiene para cumplir la voluntad de Dios Padre para  redimirnos, para glorificarnos”.

“Nos muestra como Él quiere reinar en nuestros corazones, en el mundo, en todo el universo. Los ramos que hoy recibimos los llevaremos  a nuestras casas, nos pondremos en torno al crucifijo o en algún lugar que nos recuerde todo el año el deseo de seguirlo a Jesús, de homenajearlo con nuestras vidas, con nuestras personas, de caminar con Él hacia el Reino de Dios. Dispuestos a la Cruz y por la Cruz a Luz, a la Resurrección”.

“Estos gestos nos ayudan a disponernos de la mejor manera para acompañarlo en esta Semana Santa, que podamos allí responder a  su amor manso y humilde que nos interpela, convoca e invita a seguirlo”, concluyó en la Bendición de Ramos.

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