Nuestra Iglesia

“Que la Virgen de Itatí siga iluminando el camino para construir una Patria más justa, fraterna y solidaria”

“Hoy, en el aniversario de la Independencia nacional damos gracias por todos los dones que hemos recibido de las manos de Dios. Ofrezcamos el trabajo de hombres y mujeres que desde las fábricas, los talleres, los campos, las oficinas, las aulas, las rutas y los hogares han sostenido y han hecho crecer a la Patria, para que sea verdaderamente independiente cada día”, expresó al comienzo de la misa el rector de la catedral, presbítero Alejandro Russo, concelebrante de la Eucaristía.

“Este día, para los católicos y todos los argentinos, tiene un color dominante, el azul y blanco. Son los que lucen en el manto de la Virgen de Itatí, que tengo a mis espaldas, y los que flamean en la bandera que nos identifica a los argentinos. Son los colores que no sin inspiración divina nos legó Manuel Belgrano, y hoy más que nunca los hacemos nuestros al evocar la gesta de la Independencia nacional”, señaló.

La Virgen de Itatí “iluminó los primeros pasos de la evangelización en América. Ella también comprometió su presencia cuando se gestaba nuestra Nación, hace más de dos siglos, cuando los congresales provenientes de provincias lejanas, llegaban a la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán, consagraron su primera jornada, jornada para pedir a Dios inspiración y sabiduría en la causa que los apasionaba”.

“Los obispos, cuando se cumplieron los 200 años, decíamos que los congresales pensaron en nosotros. Y no cabe duda de que somos la razón de la sacrificada y riesgosa entrega de sus vidas, tiempo e intereses que sin titubeos nos ofrecieron. El ideal de vivir la Argentina como una gran familia, donde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos los que peregrinamos en su historia, está muy lejos de haberse alcanzado”, advirtió.

“La independencia y libertad proclamada hace dos siglos no siempre se tradujo en tiempo de paz y progreso para todos. Aun así, en medio de la pandemia que nos afecta a todos, hoy retomamos el sagrado legado que nos dejaron los hombres de Tucumán, y con esperanza cristiana le pedimos a la Virgen de Itatí que ponga bajo su manto a la familia humana para superar la prueba de la enfermedad, y nos siga iluminando el camino para construir una Patria más justa, fraterna y solidaria”.

 

Fuente: Aica

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