Nuestra Iglesia

Pastoral Carcelaria: “El camino de la violencia nunca debe ser escogido como alternativa”

 

El Secretariado Nacional de Pastoral Carcelaria difundió un comunicado a raíz de los incidentes en varios penales en reclamo de que se habiliten las visitas de familiares, suspendidas tras declararse la pandemia del coronavirus para evitar contagios masivos.

En el texto, expresan su rechazo a la violencia,” venga de donde venga”. “En la búsqueda de soluciones, el camino de la violencia nunca debe ser escogido como alternativa. Seguimos creyendo en el diálogo y la resolución pacífica de los conflictos”, sostiene.

Texto del comunicado

Ante los terribles acontecimientos que se están viviendo en varias cárceles bonaerenses, como Secretariado Nacional de la Pastoral Carcelaria, expresamos nuestro más profundo dolor y preocupación.

Este modo de protesta tan violento no beneficia a nadie: muchos heridos, presos y penitenciarios; sus familias inmersas en la más honda angustia e incertidumbre.; y edificios vandalizados: talleres, capillas, escuelas, centros de estudiantes, etc., lo que significará en lo inmediato peores condiciones de detención.

Decimos, una vez más, NO a la violencia, venga de donde venga. En la búsqueda de soluciones, el camino de la violencia nunca debe ser escogido como alternativa. Seguimos creyendo en el diálogo y la resolución pacífica de los conflictos.

Acompañamos con nuestra cercanía y oración a las personas presas, a los penitenciarios, a sus familias, y a las autoridades políticas y del ámbito de la justicia; y pedimos a Dios poder vivir las palabras iluminadoras del Papa Francisco en el rezo del Ángelus de hoy cuando decía, En este momento de la vida, también mundial, donde hay tanta agresividad…Y también en la vida cotidiana, lo primero que sale de nosotros es la agresión, la defensa.
Necesitamos mansedumbre para avanzar en el camino de la santidad. Escuchar, respetar, no agredir: mansedumbre.

Que María, Reina de la Paz, nos ayude como sociedad toda a buscar prontas soluciones a los innumerables problemas de las cárceles argentinas, a construir consensos, y a recorrer caminos de paz que lleven a cicatrizar tantas heridas.

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