Está la diplomacia, que necesitaría una explosión de inventiva. Y está el lado humano, la carne viva de una nación que desde hace dos años y medio arrastra una herida «que creo que necesitará mucho tiempo para cicatrizar». Al término de la visita que le ha llevado de Odessa a Kiev y a diversos lugares de Ucrania, el cardenal Pietro Parolin hace un primer balance -en una entrevista realizada para los medios vaticanos por el padre Mariusz Krawiec- de lo que han representado estos días y adelanta lo que llevará de vuelta al Papa, que le ha enviado en su nombre a esa tierra descrita continuamente como «atormentada».
Un deber humano
Martirizadas están las madres ucranianas. El cardenal secretario de Estado estrechó la mano de algunas de ellas y el sentimiento que surgió «es desgarrador, un desgarro de verdad, no sé cómo definirlo», relata conteniendo la emoción. «Pensar que una madre todavía joven ha perdido a un hijo de 25 años, no sabes qué decir…». Y también subraya la tragedia de «tantos muertos, muchos cuyos cuerpos ni siquiera han sido recuperados», y el «deber humano» y el «sentido cristiano que nos exige dar a los muertos una sepultura digna». Así como, señala, la situación de los «muchísimos heridos, mutilados, inválidos…». La guerra, dice el cardenal, «deja huellas nefastas en la vida y en el cuerpo de la sociedad».
La guerra reducida a noticia
Sobre el sentido general de su visita, el cardenal Parolin afirma que el «mensaje principal» de estos días es «mantener viva la atención de la comunidad internacional sobre la guerra, para que no se convierta en otro conflicto olvidado». Tal vez, al tener como escenario el «corazón de Europa», haya «incluso más atención que en otras guerras que tienen lugar en otros continentes». Y sin embargo, para el Secretario de Estado «existe un poco el peligro de que lo ‘trituramos’ todo» y algo tan serio como una guerra «corre el riesgo de convertirse en noticia y nada más».
Abrir caminos de paz
Hay que garantizar siempre la ayuda humanitaria a Ucrania, mientras que en el plano diplomático el cardenal Parolin invita a ser «un poco creativos, en el sentido -explica-, de encontrar fórmulas que puedan ayudar a abrir caminos de paz», ya que – «esta es mi impresión»- estamos «bastante lejos de una solución negociada».
El Secretario de Estado también se detuvo en la plataforma de paz del Presidente ucraniano Zelensky, que, recordó, «hemos apoyado desde el principio» como un «intento de paz» que «podría ayudar de alguna manera», aunque «muy consciente también de su debilidad, que es el hecho de que no implicaba a Rusia». Evidentemente, subraya, “cuando se haga la paz, debe hacerse entre los dos contendientes”, pero “me parece que todavía estamos muy lejos”. Espero, concluye, “que podamos encontrar también otras fórmulas que nos permitan abrir algún resquicio de esperanza”.