Nuestra Iglesia

Navidad: Mons. Mazzitelli invitó a transformar el corazón y ser instrumentos de paz

En su mensaje navideño, Monseñor Marcelo Mazzitelli, Administrador Apostólico de la Diócesis de San Rafael, invitó a las familias y comunidades a vivir la Navidad no solo como una celebración, sino como un compromiso profundo con la paz, la reconciliación y la fraternidad.

En vísperas de una nueva Navidad, Monseñor Marcelo Mazzitelli se dirigió a la comunidad diocesana con un mensaje cargado de esperanza, fe y llamado a la acción. Inspirado en la noche de Belén, recordó aquel anuncio que transformó la historia: “En la ciudad de David ha nacido el Salvador”. Un nacimiento que no solo revela una promesa cumplida, sino el “sí” definitivo de Dios a la humanidad, el sí de su amor.

El Administrador Apostólico subrayó que la Navidad no se agota en la alegría del don recibido, sino que interpela a cada creyente a responder con un compromiso personal. “El sí de Dios es también una invitación a un sí nuestro”, expresó, invitando a transformar el corazón y dejarse reconciliar por Aquel que es la Paz y trae la paz.

En un contexto social marcado por divisiones y una cultura del individualismo, Monseñor Mazzitelli llamó a los fieles a ser instrumentos de reconciliación, testigos activos de fraternidad y solidaridad. “Estamos llamados a acercarnos a los otros con los sentimientos de Cristo Jesús”, afirmó, alentando a sanar vínculos y a reconstruir caminos en una sociedad muchas veces enfrentada.

Dirigiéndose especialmente a las familias, deseó una Santa y Feliz Navidad, invitándolas a que el pesebre en cada hogar sea signo de apertura y acogida: «recibir al Señor en la vida cotidiana, en los hogares y en las comunidades, para convertirse en testigos vivos del amor revelado en el Niño de Belén, en el Cristo crucificado y resucitado».

Finalmente, Monseñor Marcelo Mazzitelli impartió su bendición  “un abrazo de Dios al misterio de la vida de cada persona, de cada comunidad y de toda la sociedad, deseando que esta Navidad renueve la fe, la esperanza y el compromiso cristiano».

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