“Les pido que asuman con fe y obsequio humilde y confiado en su Obispo las disposiciones vigentes”, dijo Monseñor.
En el mismo comunicado advirtió a los fieles que “si no es de este modo, deberemos volver atrás, a los duros meses cuando los fieles no podían participar presencialmente de la Misa”.
Cuando termine la emergencia sanitaria y volvamos a la normalidad, “cada uno comulgará en la boca o en la mano según su elección”, agregó.
“Les ruego encarecidamente que no hagan violencia a los sacerdotes o ministros de la comunión solicitando la comunión en la boca, sea en la Misa, sea cuando la pidan fuera de una celebración. Y suplico que no los pongan ante el durísimo dolor de, por obedecer a la Iglesia y las normas vigentes, no poder darles la comunión. Es lo que los sacerdotes tienen que hacer en estos momentos y, como ministros fieles, están dispuestos a cumplir. Y si alguno no está en condiciones de recibir la comunión en la mano, sepa que no está obligado a hacerlo y haga la comunión espiritual”, dice otro párrafo del comunicado.
Monseñor les agradeció en el mismo escrito “su comprensión, su paciencia, su amor a la Iglesia”. Adelantó que próximamente les hará llegar “otros elementos para enriquecer la formación de su devoción a la Eucaristía y, eventualmente, para iluminar las conciencias que puedan estar perturbadas por omisiones o deficiencias en la catequesis de la Diócesis, de las cuales, en definitiva, soy el último responsable”.
“Recen por su obispo y por sus sacerdotes, que compartimos sus sufrimientos y buscamos su bien. Con mi mayor amor de padre y hermano y mi más afectuosa bendición”, concluye.