Nuestra Iglesia

Monseñor Taussig invitó a toda la comunidad a caminar juntos, unidos como diócesis

“Con inmensa alegría hemos podido realizar hoy la procesión en honor de nuestro Patrono y manifestar por las calles de nuestra ciudad la devoción y el amor que le tenemos a San Rafael en el sexagésimo aniversario de la creación de nuestra Diócesis”, inició su homilía Monseñor Eduardo Maria Taussig. “Esta experiencia tan anhelada y gratificante nos da pie para introducir algo propio de esta fiesta diocesana: iniciamos el camino sinodal hacia el Sínodo convocado por nuestro Papa Francisco para el año 2023 que tendrá como tema justamente la Sinodalidad de la Iglesia”, agregó.

“Por eso me es muy grato iniciar con ustedes y con todos los que se unen por la televisión y los medios digitales, este camino sinodal que culminará en el año 2023, en la Asamblea de Obispos en Roma”, expresó.

Luego explicó que en la primera etapa de este Sínodo, que comienza ahora y dura hasta fin de abril, “todos estamos invitados a reflexionar y a escucharnos sobre cuáles son las dificultades que tenemos para caminar juntos como Iglesia y cuáles caminos o propuestas podremos discernir juntos para vivir mejor la misión de la Iglesia, el alegre anuncio del Evangelio que el mundo de hoy tanto espera de los discípulos de Jesús”.

Para ello “nos reuniremos en las parroquias, en las comunidades religiosas y educativas, en los movimientos y grupos, y todos podremos escuchar y aportar”, especificó.

“El lugar de la Palabra de Dios es muy importante. Por eso, en la procesión ella nos precedía enseguida después de la cruz. Por eso, el libro de la Palabra de Dios está entronizado en este altar en un lugar distinguido”, agregó Monseñor Taussig. 

“Es la Palabra de Dios la que guiará nuestro camino sinodal. Y así podremos encontrarnos con Jesús, el Camino que nos lleva al Padre, como proclamaba el Evangelio de esta celebración”.

San Rafael y el camino de nuestra Iglesia diocesana

“Nuestra Iglesia diocesana se adentra en el camino sinodal con muchas necesidades y dolores, consecuencia de la pandemia del Covid-19 y de las trágicas vicisitudes eclesiales padecidas en el 2020. Podemos contar con San Rafael, compañero de camino para nuestra Iglesia diocesana” dijo el Obispo Diocesano. 

“Por eso le pedimos que sane nuestras heridas y como “medicina de Dios” mitigue nuestros dolores y cure nuestros males, como curó la ceguera de Tobit. Que nos haga ver con los ojos de la fe los designios de la Divina Providencia, que siempre puede sacar bienes mayores de los males que ha permitido. Finalmente le pedimos que nos ayude a rechazar las insidias y ataques arteros del Demonio, que con la complicidad de nuestra soberbia siempre lleva a la desobediencia, la división y el escándalo, como ayudó a Tobías y a Sara a liberarse del demonio Asmodeo”, concluyó Taussig.

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