
La comunidad arquidiocesana de Mendoza celebró con fervor la fiesta patronal en honor de la Virgen del Rosario, bajo el lema «Con María del Rosario, peregrinos de esperanza», que reunió a miles de jóvenes y familias en el santuario de Nuestra Señora de Lourdes, en El Challao.
La jornada comenzó en horas de la tarde con un ambiente festivo y fraterno. Los fieles recorrieron el «Paseo de los Carismas», espacio en el que movimientos, pastorales y comunidades de vida consagrada presentaron sus carismas al servicio de la Iglesia local. Hubo también propuestas artísticas, gastronómicas y un ámbito especial de adoración eucarística en la capilla histórica, además de sacerdotes disponibles para el sacramento de la Reconciliación.
Un momento significativo se vivió con la representación a cargo de tres jóvenes que, mediante pantallas, coreografías y testimonios, recordaron la vida y el magisterio del papa Francisco, a quien los fieles se refirieron cariñosamente como el «padre Jorge».
Poco antes de las 18, la imagen de la Virgen del Rosario ingresó en medio de vítores y pañuelos al aire, para dar inicio a la misa presidida por el arzobispo, monseñor Marcelo Colombo, y concelebrada por el administrador apostólico de San Rafael, monseñor Marcelo Mazzitelli, y el clero mendocino.
Iglesia sinodal, misionera y misericordiosa
En su homilía, Mons. Colombo destacó que la celebración patronal renueva la identidad de la Iglesia mendocina como «sinodal, misionera y misericordiosa», llamada a caminar con su pueblo en comunión y servicio.
El arzobispo subrayó la importancia de los órganos de participación en la vida parroquial y diocesana, e invitó a fortalecer los consejos pastorales como expresión de una Iglesia que discierne y decide en comunidad.