Miles de peregrinos comenzaron a llegar en las últimas horas a la ciudad de Salta, tras recorrer cientos de kilómetros a pie llevando imágenes religiosas, para participar en la fiesta del Señor y la Virgen del Milagro, una de las celebraciones más convocantes del norte argentino y que este año lleva por lema «Milagro, camino de esperanza, testimonio y fraternidad».
Los promesantes con sus misachicos provienen de los departamentos salteños de Rosario de la Frontera, Metán, Anta, La Candelaria, Orán y San Martín, además de otras provincias, particularmente Jujuy, y países vecinos. Otros optan por cumplir sus promesas en bicicleta o llegarse hasta la catedral salteña en vehículos particulares y camionetas.
En la previa, la tradicional manifestación de fe popular se tiñó de luto por la muerte de Omar Herrera, un trabajador municipal de la parroquia La Purísima (Tartagal), quien había iniciado su caminata junto a la peregrinación del Decanato Virgen de la Peña. En el tramo de General Mosconi el hombre -que sufría de hipertensión- se descompensó y finalmente murió tras ser atendido en el hospital local.
Llegada de los peregrinos y Triduo del Milagro
Salta comienza a palpitar así la Fiestas del Milagro, en honor de sus “santos patronos”, con la llegada de los peregrinos en las vísperas del triduo central.
El triduo solemne comenzó hoy, martes 13 de septiembre, solemnidad de la Bienaventurada Virgen del Milagro. A lo largo del día se reza la novena, con y sin misas. La celebración de la misa estacional fue a las 10, presidida por el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello; mientras que a las 20.30 se hará la procesión de penitencia, con concentración en la parroquia San Juan Bautista de la Merced, Caseros 857.
Mañana, miércoles 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Misas a las 7, 8, 19, 20.30 y 22. La misa estacional será presidida a las 10 por el obispo de Orán, monseñor Luis Antonio Scozzina OFM. Noche de vigilia y oración. El santuario permanecerá abierto toda la noche.
El jueves 15 de septiembre, solemnidad del Señor del Milagro. Misas a la hora 0, a la 1, y a las 2, 4, 5, 6 y 7. La misa estacional será a las 10 en el atrio de la catedral, será presidida por el obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández. A las 12, salida y recorrido de las imágenes peregrinas por los barrios de Salta. A las 15, procesión con la Cruz primitiva, la Virgen de las Lágrimas, la Virgen del Milagro y el Señor del Milagro, y la renovación del Pacto de Fidelidad del Pueblo de Dios. A las 20.30 se celebrará la Misa del Peregrino.
El domingo 18 de septiembre, a las 19, será la misa de acción de gracias.
Una tradición que data de 1692
El origen de las imágenes se remonta al 1592, época en que el obispo de Córdoba del Tucumán, fray Francisco de Victoria, concretara la donación al pueblo de Salta de la imagen de Cristo crucificado, cuyo destino sería la iglesia matriz de la ciudad.
En junio de 1592 la imagen llegó flotando en un cajón al puerto de El Callao, Perú, junto a otro que contenía una imagen de la Virgen del Rosario destinada al convento de Santo Domingo, en Córdoba. Jamás se supo qué embarcación las trajo desde España.
Desde Lima emprendieron viaje a su destino a lomo de mula y una vez en Salta, la imagen del Cristo fue depositada en la sacristía de la iglesia matriz y no fue objeto de veneración por espacio de cien años.
En 1692 la imagen de la Inmaculada Concepción de María, que luego se llamaría Virgen del Milagro, se encontraba a tres metros de altura en un nicho del retablo del Altar Mayor. Cuenta la historia que aquel 13 de septiembre, después de los fuertes y reiterados temblores que destruyeron la ciudad de Esteco y fueron percibidos con singular intensidad en la ciudad de Salta, se encontró la imagen de la Inmaculada en el suelo sin que sufrieran daño su rostro y manos y según la tradición perdió los colores del rostro.
La imagen fue llevada a la casa del alcalde Bernardo Diez Zambrano donde se oró toda la noche. Al día siguiente, 14 de septiembre, se colocó la imagen, que todos querían venerar, en el exterior de la iglesia matriz donde continuaron los cambios de colores del rostro y fue entonces cuando muchos fieles comenzaron a llamarla «del Milagro»
Según la tradición oral, el Santo Cristo crucificado de la iglesia matriz, que tenían sin devoción y sin sacarlo en procesión, habría perdonado a Salta a pedido y súplica de la Madre de Dios del Milagro. Los padres jesuitas recordaron al Santo Cristo y lo liberaron de su encierro; lo colocaron frente a la iglesia que la Compañía de Jesús tenía en el centro de la ciudad. La imagen fue sacada en procesión por los fieles salteños con el ruego de que cesaran los temblores, lo que finalmente ocurrió.
Al amanecer del 14 la tierra dejó de temblar, volvió a estremecerse a la noche, en medio de procesiones y rogativas. Al cesar los estremecimientos, el 15 renació la calma y con ella se comenzó a hablar del «milagro», designando a la Inmaculada como Virgen del Milagro.
En 1902, por iniciativa del obispo Matías Linares, las imágenes fueron coronadas en presencia de altas autoridades eclesiásticas venidas desde Roma.
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