Nuestra Iglesia

Francisco invitó a recuperar “la dimensión contemplativa”

El Santo Padre, comenzó destacando el papel esencial de los “cuidadores” en la sociedad, “aunque a menudo no reciban ni el reconocimiento ni la remuneración que merecen”. Luego agregó: “El cuidado es una regla de oro de nuestra humanidad y trae consigo salud y esperanza” afirmó.

En el marco del Jubileo de la Tierra, a la luz de la encíclica Laudato si’ subrayó que “este cuidado abraza también a nuestra casa común: a la tierra y a cada una de sus criaturas”.  El Papa recordó que abusar de la creación “es un pecado grave que daña y enferma”.

“La creación no es un mero ‘recurso’, sino que las criaturas tienen un valor en sí y reflejan, cada una a su manera, un rayo de la sabiduría y de la bondad infinitas de Dios. Sin embargo, para descubrir ese valor y ese rayo de luz divina es necesario el silencio, la escucha y la contemplación, que también sana el alma”.

“El mejor antídoto contra este abuso de nuestra casa común es la contemplación” subrayó Francisco, “es importante recuperar la dimensión contemplativa”, agregó. “Cuando contemplamos, descubrimos en los demás y en la naturaleza algo mucho más grande que su utilidad, descubrimos el valor intrínseco de las cosas que les ha dado Dios”.

“El que sabe contemplar, se pondrá más fácilmente manos a la obra para cambiar lo que produce degradación y daño a la salud. Se comprometerá a educar y a promover nuevos hábitos de producción y consumo, a contribuir a un nuevo modelo de crecimiento económico que garantice el respeto de la casa común y el respeto por las personas.”

La invitación del Papa es a ser contemplativos en la acción, ya que “tiende a convertirse en custodio del medio ambiente…, tratando de conjugar los conocimientos ancestrales de las culturas milenarias con los nuevos conocimientos técnicos, para que nuestro estilo de vida sea siempre sostenible”. 

“Contemplar y cuidar son actitudes que muestran el camino para corregir y reequilibrar la relación como seres humanos con la creación, convirtiéndose en custodios de la casa común, custodios de la vida y de la esperanza”, afirmó.

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