Es una transfiguración, personal y eclesial, la meta del camino ascético cuaresmal y, del mismo modo, del sinodal. Así lo subraya el Santo Padre en su mensaje para la Cuaresma 2023, fechado el 25 de enero y publicado hoy con el título “Ascesis cuaresmal, un camino sinodal”.
En lo alto del monte
El Papa se inspira en el episodio evangélico de la Transfiguración en el monte Tabor:
Como una excursión de montaña
En esta ascesis acompañada de la Gracia superamos nuestras resistencias a seguir a Jesús. El Pontífice escribe que “debemos dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades».
Juntos
Jesús lleva a tres discípulos al Tabor: » A Jesús hemos de seguirlo juntos», subraya Francisco. Al final de la subida, a los tres discípulos les es dado verlo resplandecer con luz sobrenatural. “Como en cualquier excursión exigente de montaña, a medida que se asciende es necesario mantener la mirada fija en el sendero; pero el maravilloso panorama que se revela al final, sorprende y hace que valga la pena”.
Tradición y novedad
Moisés y Elías, personificaciones de la Ley y de los Profetas, aparecen junto a Jesús en el monte Tabor. “La novedad de Cristo – explica el Papa – es el cumplimiento de la antigua Alianza y de las promesas; es inseparable de la historia de Dios con su pueblo y revela su sentido profundo».
Los dos senderos
Hay dos senderos sugeridos por Francisco para «subir junto a Jesús y con Él llegar a la meta: Escucharlo y afrontar la realidad con sus luchas cotidianas, sus dificultades y contradicciones». Jesús, explica el Pontífice, habla en la Palabra de Dios que la Iglesia ofrece en la Liturgia. Y sugiere:
Pero Jesús habla también en los más necesitados, como en los hermanos y hermanas de la Iglesia: escucharse unos a otros es «el estilo de una Iglesia sinodal».
Por eso, el Papa advierte contra el refugiarse en una religiosidad hecha de acontecimientos extraordinarios con la recomendación de «no engañarnos pensando que hemos llegado al camino sinodal cuando Dios nos regala algunas experiencias fuertes de comunión»: