Nuestra Iglesia

Francisco anima nuevamente a trabajar por un mundo fraterno

Un llamado a caminar juntos –a reflexionar, sentir, trabajar, tomar la palabra, encontrar nuestro sentido de pertenencia y la posibilidad de transformación- es lo que hallaremos en las siguientes páginas capaces de recoger y dar voz a la experiencia de nuestros pueblos. Valorar el ejemplo y la experiencia de quienes dedican su tiempo a servir a los demás nos permite animarnos a repensar nuestro modo de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y, sobre todo, el sentido de nuestra existencia. Pero sobre todo nos posibilita redescubrir la importancia de sentirnos convocados a tomar parte de estos diálogos de amistad social; porque la pandemia también nos recordó que nos necesitamos, que nadie se salva solo. En el diálogo con el otro, sea cual sea su procedencia, podremos abrir ventanas, recuperar horizontes y encontrar creativamente la mejor forma de vivir juntos.

Vivirá feliz quien ame “a su hermano tanto cuando está lejos de él como cuando está junto a él”, escribía san Francisco de Asís. Con este espíritu los invito a entrar en diálogo con estos Diálogos Fraternos y a no tener miedo de caminar juntos aprendiendo y valorando, inclusive, nuestras diferencias. Es mi deseo que este encuentro nos permita soñar juntos con la amistad social, con la dignidad de nuestros pueblos, y con un mundo sin descarte en el que no falten ni la tierra, ni el techo, ni el pan, ni el trabajo; y en el que la esperanza nos impulse a trabajar hacia un horizonte mejor. Trabajar por un mundo en el cual la fraternidad se exprese no sólo en palabras llenas de sentido y de valor sino también y sobre todo en un modo de tejer y forjar la historia. Los invito a dejar que estos Diálogos Fraternos hagan eco en nuestra imaginación con tanta fuerza que nos impulsen a querer transformarlos en acción. Comencemos a dialogar…

 

 

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