Miles de peregrinos llegados de los departamentos salteños de Rosario de la Frontera, Metán, Anta, La Candelaria, Orán y San Martín, además de otras provincias, particularmente Jujuy, y países vecinos, participaron este jueves 15 de septiembre de la tradicional fiesta del Señor y la Virgen del Milagro.
Esta fiesta, una de las celebraciones más convocantes del norte argentino y que este año fue acompañada con el lema «Milagro, camino de esperanza, testimonio y fraternidad», comenzó a vivenciarse a lo largo de toda la semana con novenas y diversas manifestaciones populares de fe.
La procesión central de las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro partió desde la catedral hasta el monumento 20 de Febrero, donde se realizó el pacto de fidelidad. El Señor del Milagro recorrió la calle Zuviría, y las avenidas Belgrano y Sarmiento, mientras que la imagen de la Virgen lo hizo por las calles Necochea y 10 de Octubre.
En la ceremonia de renovación del pacto de fidelidad participó el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz; la intendenta de la de la ciudad, Bettina Romero; el rector de la Ucasal, Rodolfo Gallo Cornejo; el obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández; y los obispos eméritos de Venado Tuerto, monseñor Gustavo Arturo Help; de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell; y monseñor Alberto Sanguinetti Montero, de Canelones (Uruguay).
En su alocución, el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, expresó que “nos reconforta poder reunirnos aquí, junto al monumento a la Batalla de Salta, para renovar nuestro pacto de fidelidad”.
En esa línea, el prelado aseguró que “vivir es caminar, es emprender el andar por la vida cada día. La fe nos presenta una meta del camino” y por eso, continuó, “el Milagro nos permite descubrir esta dimensión de la vida con especial claridad en el regalo inmenso que el Señor nos brinda en nuestros queridísimos hermanos peregrinos que marcan nuestra fiesta con un color y una fuerza especial”.
“Como Jesús, ellos caminan juntos, rompen diferencias, tienden puentes de fraternidad, de ayuda mutua, de cercanía. Los une la esperanza de encontrarse con el Señor y con la Virgen del Milagro, los une la experiencia de sentirse Pueblo de Dios que camina en comunión, de rezar juntos, de enfrentar el frío y el cansancio, la incomodidad y la emoción”.
Manifestó que “caminar juntos exige escuchar, discernir, actuar, evaluar. Dispuestos a celebrar el Pacto de Fidelidad que marca la cultura y la historia de esta Iglesia de Salta y de la provincia toda, comprometámonos a vivir esta dimensión de caminantes en comunión, en nuestras familias, en nuestra sociedad toda. Comprometámonos, como cristianos, a ser en el seno de nuestra patria, levadura de fraternidad. Apostemos por una patria de hermanos”.
Monseñor Cargnello se refirió a la esperanza que “engendra sobriedad, nos hace libres y nos abre al amor fraterno porque nos permite apostar por el hermano a pesar de las desilusiones y los conflictos. La esperanza nos permite comenzar de nuevo superando debilidades y caídas, nos hace capaces de transformar la historia aun cuando las negras nubes del error y del pecado nos desalienten”.
«En momentos de dificultad como los actuales -pidió el prelado- miremos a la que es la estrella de la esperanza, a María, Señora Nuestra del Milagro. Como en los comienzos de la historia cuando intercedía al pie del sagrario por su pueblo en peligro, hoy sigue al lado nuestro ofreciéndose como garante de amor y de fidelidad. De su mano seamos testigos de la esperanza”.
El arzobispo salteño subrayó que “nos toca a los cristianos mostrar el rostro de Jesucristo que refleja esa misericordia hecha realidad en el perdón de nuestros pecados e interpelándonos para que seamos capaces de misericordia con nuestros hermanos”.
Finalmente, dijo que “las heridas del Señor crucificado y resucitado son los pobres y los pecadores, los excluidos y los que no tienen esperanza, los enfermos y los abandonados, los pecadores y los maltratados”.
“Vamos a renovar el Pacto de Fidelidad. Que resuene nuestro compromiso con el Señor y con la Bienaventurada Virgen María. Que este Pacto sea un nuevo comienzo. Que nos lo conceda nuestro Padre Dios”.