
Me llamo Suhail y tengo 20 años, soy el hijo mayor de la familia Abo Dawod, que hoy cuenta con cinco miembros. Vivimos en la Franja de Gaza y tenemos un sueño. Antes de la guerra vivíamos felices en una casa preciosa, pero cuando comenzaron los combates todo cambió, para peor… El 25 de octubre de 2023 nuestra casa fue destruida, y ni siquiera habíamos terminado de pagarla. Mucho tiempo después, la casa de mis abuelos también fue destruida y encontramos refugio en el complejo de la parroquia, el único lugar donde podíamos sobrevivir. Debido a la total falta de medicamentos, mi papá, que padecía una enfermedad renal, murió, y lo mismo le ocurrió a mi abuelo, que también estaba enfermo. Mi mamá, por su parte, murió en el ataque contra la Iglesia de la Sagrada Familia el 17 de julio de este año. En esa ocasión, yo también resulté gravemente herido.
La Iglesia como refugio
Durante esta cruel y terrible guerra hemos perdido a tres seres queridos de nuestra familia y nuestras casas. La Iglesia siempre será nuestro último y único refugio: ¡es la casa de Dios! Damos gracias a Dios por permitirnos habitar en su acogedora morada. Dios es generoso. A pesar de las cosas terribles que nos han sucedido, rezamos siempre para que reine la paz y el amor en nuestra Franja y en el mundo. Tenemos la esperanza de que algún día volveremos a vivir una vida mejor, seguros, protegidos y felices junto a nuestras familias, sin estar en peligro de muerte. ¡Que la Señora de la Paz rece por nosotros! También queremos dar las gracias a Su Santidad el Papa León XIV por sus esfuerzos en pro de la paz en este mundo devastado, para que algún día todos podamos vivir una vida sin guerras.






